CAPÍTULO 40

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Jungkook entró a su oficina encontrándose con aquel hombre de cabello blanco, un hombre muy importante para el país. El veterano yacía sentado en su silla, lo cual llevó al coronel arquear una ceja. Baekhyun por otro lado, debía decirle todo al coronel pues, no le agradaba el castaño y tampoco le importaba lo que fuera a pasar con él... pero tenía que ponerlo alerta ante el ataque ya que solo el presidente y hombres importantes, allegados al presidente eran los que sabían de aquel atentado "Sorpresa".

--Buenas noches, coronel.--...--El peliblanco hizo girar su cuerpo mientras seguía sentado en la silla.--...--Bonita oficina, los coroneles tienen muchos lujos por lo que veo.--

Lógicamente el comentario fue hecho con malicia y Jungkook no era para nada tonto, así que responde:

--¿A que debo el honor de su visita?--...--Directo al grano, Jungkook era así y ni siquiera porque fuera el mismísimo presidente iba a dejarse intimidar.--...--Supongo que tan respetado ministro como usted no vendría a verme solo porque quería verme en persona ¿o me equivoco?--

Suho, quién permanecía recostado de la puerta alejado de la situación, no mentía si dijera que no quería matar aquel tipo por referirse hacia su jefe con tal insolencia. Sacó su pistola para apuntar al coronel y aunque en sus planes nunca tenía como opción dispararle, quería amenazarle para bajarle los zumos.

--Yo que tu, bajaría esa pistola ahora mismo.--...--Escuchó decir al castaño. Suho y Baekhyun se miraron con suma impresión ¿acaso tenía ojos en la espalda o qué?--

El mayor de todos hizo una señal con su arrugada mano por la vejez para que su guardaespaldas bajara el arma. Suho obedeció a regañadientes.

--Tiene razón, coronel.--...--Sonó sus dedos con aprobación.--...--Yo no vendría a este lugar si no fuera algo importante.--

--Eso me queda más que claro, señor ministro.--

--Pues si es tan amable, me gustaría que tomara asiento.--...--El peliblanco dijo, pero obviamente Jungkook negó.--

--Así estoy bien.--...--No permitiría que nadie, ni por muy ministro que sea le diera ordenes en su propia oficina.--

--Como guste.--

.....

--¿Para que ha venido papá?--...--Jimin mordisqueaba su dedo pulgar y su pierna se movía con nerviosismo de arriba hacia abajo con rapidez mientras que él y su hermano yacían sentados en el pasillo fuera de la oficina del coronel. No se atrevía a ir de curioso e interrumpir y, en caso extremo, pegar la oreja en la puerta. Pero la duda lo estaba consumiendo.--...--Contéstame, Yoongi.--…--Dejó de morderse el dedo para propinar un puñetazo en el hombro de su hermano al saber que este no tenía intenciones de responderle. Yoongi lo miró con una mueca que parecía transmitirle un bonito y merecido "Jodete".--

Antes de que el piel pálida respondiera ante las preguntas de su hermano, se escucharon unos pasos acercarse y entonces ellos miraron hacia donde provenían estos pasos. Suho se acercaba a ellos y al estar a solo un metro de distancia de los hijos de su jefe...

--Vengan conmigo, el señor Baekhyun necesita hablar con ustedes.--...--Los menores de levantaron a una velocidad sorprendente para empezar a caminar tras Suho. Aquel guardaespaldas tan conocido para Jimin y desconocido para Yoongi.--

--Entiendo.--...--Jungkook frunció sus labios.--

El ministro ya le había dicho toda la situación y lo que se avecinaba para su base, sus soldados y el país. Esta vez si estaba jodido hasta el cuello, pues las veces pasadas donde tenia que enfrentar a los soldados que se interponían en su camino tenia apoyo del gobierno, la guarda nacional y la marina. Pero ahora tendría que luchar contra esos desalmados en cantidades considerables y, seguramente utilizarían el mar para llegar a ellos de frente eso sumando los que vendrían por tierra para sorprenderlos entre los arboles hasta atacar sin vacilar.

Armed Forces - [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora