࿄↬Capítulo 1

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Jungkook nuevamente se hallaba esperando a Jimin.

Sus manos sudorosas eran testigo de su sentir y tal vez las miradas poco obvias de la gente también ayudaban a impacientarlo más. Seguramente su olor detonaba felicidad mezclada con pánico haciendo una mezcla desagradable de oler.

Todo era gracias a su instinto de quedar bien con el omega. Quería darle totalmente la seguridad de ser un buen alfa para él y mostrarle la mejor imagen de sí mismo para ser más convincente.

Tenía miedo de no lograrlo pero a la vez estaba tan feliz de que su destinado fuera hermoso. Creía fielmente que si Jimin le daba una oportunidad podían conocerse más y enamorarse perdidamente no sólo a causa del lazo de sus lobos sino también conectar sus corazones hermosamente.

Había intentado constantemente acercarse a él pero era rechazado y alejado por el rubio. Decía "hablamos luego" cuando estaba con sus amigos y si estaba solo decía "estoy ocupado", demasiadas cosas que Jungkook se negaba a aceptar como excusas, cuando eran exactamente eso.

No era consciente de que su dolor era motivo de burla entre el grupo de amigos de Jimin.

Habían sido demasiadas veces en las que quedaban de verse pero por alguna razón Jimin no llegaba y Jungkook se conformaba con las disculpas pobres que recibía por mensaje.

Lo entendía, estaban a nada de graduarse de prepa y Jimin era estudioso y con una vida más sociable y ocupada que la suya. Seguramente sus tiempos jamás coincidían y no le veía sentido a hacerse un drama con sus emociones por un inconveniente como ese, de todas formas existían muchas oportunidades de encontrarse, de coincidir y todo lo demás después de eso.

Ese día había quedado de verse con el omega cerca de la fuente del parque. Los minutos esperando se hacían más largos pero se negaba a perder la esperanza de que esta vez fuese diferente.

Quería que fuera diferente.

Normalmente bloqueaba el sentimiento punzante para que a través del pequeño lazo de destinados Jimin no sintiera su dolor y tristeza.

Su lazo era uno normal y nada reforzado, podía manejarlo.

Aun así su lobo aullaba triste cada vez que no recibía atención de su destinado. Era triste y su parte humana se estaba volviendo experta reconfortando a su parte animal para lograr tranquilizarse, luego veía de nuevo al omega en el instituto y la tristeza desaparecía pausadamente.

No se rendía y mantenía la paciencia.

La emoción latente lo tenía ilusionado y aferrado,había sido persistente en intentar cortejarlo y esta ocasión era una oportunidad para eso.

Una hora pasó al fin y seguía esperando, optando por mandarle un mensaje con la dirección, preocupado de que le hubiera pasado algo pues aun no recibía ningún mensaje de no poder asistir y no podía irse, debía esperarlo incluso si empezaba a llover.

Siguió ahí.

El sonido de la fuente lo llevó a un estado limbo rememorando el momento exacto cuando supo que Jimin era su destinado.

Era un buen recuerdo y algo distractorio. Amaba recordar cuando entró a ese salón nuevo con todas las miradas fijas en él y con un olor en específico llamando su atención, haciéndolo tambalear para darse cuenta horas después que todo se debía al destino, a su omega, su lobo no paraba de repetir 'destinado' como el más precioso mantra mientras un esquisito olor a cereales y fresas llegaba hasta su nariz. Su lobo aulló desprendiendo su olor propio para que su omega también lo reconociera.

Sin embargo cuando los recuerdos después de ese momento empezaban a opacar 'el mejor momento de su vida' decidió regresar al mundo real.

Jungkook prefería olvidar que su omega no había sentido la misma emoción que él y cuando dejó de recordar se dió cuenta que otra media hora había pasado y la oscuridad empezaba a ser notoria.

Un mensaje llegó entonces.

"Jungkook, mañana no iré al instituto ¿Podrías traerme los apuntes de la materia que compartimos?"

Jimin había mandado aquel mensaje con toda la intención de dejarle en claro que su intención jamás fué ir a donde el alfa lo había citado.

Jungkook sintió un hueco formarse en su pecho como las últimas veces más no quiso reclamar o preguntarle al respecto. No quería que su tristeza fuera olisqueada por alguna persona y sonrió sin ganas contestando a su mensaje.

"Claro, yo te las llevaré"

Jimin reía con sus amigos dentro de su habitación luego de leer la respuesta. Sus amigos reían por la forma en que Jungkook estaba cegado por Jimin como para no reclamarle o molestarse por dejarlo esperando.

Les divertía ver lo manso que podía ser un alfa.

Jimin sabía que los destinados compartían un lazo y que podías sentir por un corto tiempo las emociones de tu destinado, sin embargo, todas las veces que había dejado plantado a Jungkook no sintió nada.

Daba por hecho que Jungkook era muy comprensivo y estaba tan caído por él que no era un alfa intenso que le daría problemas por haberle abandonado.

En cambio podía disfrutar junto a sus amigos las reacciones del alfa, pidiendo por su atención y comiendo de su mano, hacer eso lo había hecho ser alabado por sus amigos.

Lo alababan por tener en su poder los hilos del alfa y manejarlo como a un títere.

Jimin era cruel pero prefería ignorarlo. Estaba más concentrado en el agradable sentimiento de aprobación. De sentirse alguien con poder. La aprobación ajena le daba eso.

Tal vez era su mayor defecto.

El lobo de Jimin dormía plácidamente mientras que el lobo de Jungkook empezaba a aullar triste e impotente.

No quería que Jimin sintiera su tristeza, es decir, los alfas debían ser fuertes, proteger a sus omegas. Los alfas no debían mostrarse débiles y llorar no era opción en su jerarquía.

Ocultar su sufrimiento era lo mejor.

Tal vez ese era el defecto de Jungkook.

Te esperé-KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora