La llegada de Fargan con un muy magullado sTaXx fue el alivio y martirio para los guerreros, ya que aunque estuvieran demasiado preocupados por su amigo, al punto de algunos pasar noches en vela, no era la única preocupación que asechaba el pueblo de Karmaland, el principal la destrucción del pueblo por los dragones y un posible asedio, un reino que seguía muy rencoroso porque los Karmalienses se negaron por siglos a una unificación como todos los poblados y lores del continente habían hecho. De allí que eran dos reinos en guerra, donde Karmaland nunca moriría doblegado, tal vez en llamas o por guerras, pero nunca arrodillado;
”Nunca doblegado, nunca roto” y sus héroes hacían honor al lema de su pueblo. A los días de estar en intensas secciones de curación con los maestres, donde todo Karmaland escuchaba su llanto y la rabia del caballero norteño desde el pequeño templo improvisado donde se usó de sala de emergencia para atender a Frank en cuanto Fargan llego aleteando a mitad de la madrugada. A la semana, los maestres mostraron su sorpresa ya que el joven guerrero a pesar de seguir horriblemente adolorido podía sentarse y caminar por si solo en esas cuatro paredes, también notaron su paranoia cada que no podía tener a los 2 curanderos a su vista, haciendo la petición que su cama sea trasladada a una esquina de la habitación ❝No quiero que nada me tome por sorpresa❞ habría alegado con una falsa sonrisa.
