La puerta se abrió y un chico de aproximadamente unos veinticinco años, muy parecido a Louise, nos recibió.
─Ustedes deben ser Felicity y Aidan ─se hizo a un lado, dejándonos pasar─. Yo soy Francis, el hermano de Louise.
─Hola, Francis ─le dije─. Gracias por recibirnos y...
─ ¿Dónde está? ─interrumpió Aidan.
Francis sonrío.
─Afuera, vengan ─nos hizo señas para que lo siguiéramos y nos dirigió hasta el patio.
Y ahí estaba, un pequeño niño jugando con sus carros de bomberos. Era muy parecido a ambos, pero tenía mucho más de Aidan que de Louise. Al menos de lo que podía ver desde aquí.
─Acérquense ─nos animó Francis.
─No puedo hacerlo ─me susurró Aidan, apretando el agarre de mi mano.
─Iré contigo ─le dije viendo el terror en su mirada.
Aidan asintió y caminamos hasta donde estaba el pequeño, esperando a que dijera algo, pero lo único que hacía era mirarlo.
─Hola ─dije por él.
─Hola ─respondió sin mirarnos y continuó jugando.
Solté la mano de Aidan y me puse de cuclillas frente al pequeño.
─ ¿Cómo te llamas? ─le pregunté.
─Jack ─aplastó un botón de su carro y este se fue rodando mientras la sirena sonaba.
─Mucho gusto, Jack. Yo soy Felicity, y él ─señalé a Aidan─ es....
─ ¡Papi! ─sus ojos azules brillaron con reconocimiento mientras lo miraba antes de levantarse y correr abrazarlo.
─ ¿Cómo...? ─empezó Aidan y Jack lo interrumpió.
─ ¿Sé quién eres? ─levantó su cabeza y lo miró con adoración─. Te conozco, papi, mi mami me dijo todo sobre ti ─lo abrazó otra vez─. Te extrañé tanto.
Aidan levantó sus cejas hacia mí y yo me encogí de hombros.
─Tu puedes extrañar a alguien incluso sin conocerlo.
Él me dio una media sonrisa como diciendo que era muy sabia y volvió a mirar y abrazar a su hijo mientras acariciaba su cabello oscuro.
─Yo también te extrañé, pequeño.
Sonriendo, pero al mismo tiempo sintiendo un nudo en el corazón me alejé y me senté junto a Francis en los escalones que daban al patio.
─Gracias otra vez ─le dije─. En serio.
─No es nada.
─Es más que nada. Los estás poniendo en riesgo a ambos. Sabes lo que pasaría si descubren que estamos aquí.
─Pero me aseguraste que no nos pasará nada.
─Sí, pero no deja de ser un riesgo.
─Creo que vale la pena. Parece que se entienden bien ─me dijo con una sonrisa mientras miraba a Jack y Aidan.
─Sí...
Él realmente parecía mucho más cómodo y relajado con su hijo.
No de la manera en la que había estado antes de venir.
─Aidan ─le dije mientras veía como rebuscaba en su maleta y maldecía una y otra vez─. Habla conmigo y dime qué es lo que te está preocupando.
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Enfrentando Al Destino (Destino #3)
AcciónEsta novela, secuela de Huyendo Del Destino y tercer libro de la trilogía Destino, es narrado desde el punto de Felcity y Aidan. Dos protagonistas que se abrieron el uno al otro y descubrieron sus secretos; y aquello que los amenazaba con separarlos...