Capítulo 2

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La puerta se abrió y un chico de aproximadamente unos veinticinco años, muy parecido a Louise, nos recibió.

─Ustedes deben ser Felicity y Aidan ─se hizo a un lado, dejándonos pasar─. Yo soy Francis, el hermano de Louise.

─Hola, Francis ─le dije─. Gracias por recibirnos y...

─ ¿Dónde está? ─interrumpió Aidan.

Francis sonrío.

─Afuera, vengan ─nos hizo señas para que lo siguiéramos y nos dirigió hasta el patio.

Y ahí estaba, un pequeño niño jugando con sus carros de bomberos. Era muy parecido a ambos, pero tenía mucho más de Aidan que de Louise. Al menos de lo que podía ver desde aquí.

─Acérquense ─nos animó Francis.

─No puedo hacerlo ─me susurró Aidan, apretando el agarre de mi mano.

─Iré contigo ─le dije viendo el terror en su mirada.

Aidan asintió y caminamos hasta donde estaba el pequeño, esperando a que dijera algo, pero lo único que hacía era mirarlo.

─Hola ─dije por él.

─Hola ─respondió sin mirarnos y continuó jugando.

Solté la mano de Aidan y me puse de cuclillas frente al pequeño.

─ ¿Cómo te llamas? ─le pregunté.

─Jack ─aplastó un botón de su carro y este se fue rodando mientras la sirena sonaba.

─Mucho gusto, Jack. Yo soy Felicity, y él ─señalé a Aidan─ es....

─ ¡Papi! ─sus ojos azules brillaron con reconocimiento mientras lo miraba antes de levantarse y correr abrazarlo.

─ ¿Cómo...? ─empezó Aidan y Jack lo interrumpió.

─ ¿Sé quién eres? ─levantó su cabeza y lo miró con adoración─. Te conozco, papi, mi mami me dijo todo sobre ti ─lo abrazó otra vez─. Te extrañé tanto.

Aidan levantó sus cejas hacia mí y yo me encogí de hombros.

─Tu puedes extrañar a alguien incluso sin conocerlo.

Él me dio una media sonrisa como diciendo que era muy sabia y volvió a mirar y abrazar a su hijo mientras acariciaba su cabello oscuro.

─Yo también te extrañé, pequeño.

Sonriendo, pero al mismo tiempo sintiendo un nudo en el corazón me alejé y me senté junto a Francis en los escalones que daban al patio.

─Gracias otra vez ─le dije─. En serio.

─No es nada.

─Es más que nada. Los estás poniendo en riesgo a ambos. Sabes lo que pasaría si descubren que estamos aquí.

─Pero me aseguraste que no nos pasará nada.

─Sí, pero no deja de ser un riesgo.

─Creo que vale la pena. Parece que se entienden bien ─me dijo con una sonrisa mientras miraba a Jack y Aidan.

─Sí...

Él realmente parecía mucho más cómodo y relajado con su hijo.

No de la manera en la que había estado antes de venir.

─Aidan ─le dije mientras veía como rebuscaba en su maleta y maldecía una y otra vez─. Habla conmigo y dime qué es lo que te está preocupando.

Enfrentando Al Destino (Destino #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora