Capítulo 13: Tenemos una convención de semidioses.

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Trepé de nuevo hasta el asiento delantero del Demonio, al lado de Percy. Él saco las llaves fuera de su bolsillo, cuando habíamos salido las llaves ya estaban puestas, así que no había tenido la oportunidad de verlas.

Eran divertidas en una manera irónica. Un simple llavero dorado, con un martillo dorado y una pequeña tarjeta de Hefesto. En la tarjeta se podía leer unas letras cursivas doradas en el fondo rojo oscuro:

Manualidades de Hefesto

Varios lugares a nivel nacional

Maravillosas creaciones cuidadosamente creadas en las forjas del dios mismo.

1-800-MANUALIDADESDIVINAS

Jake y Nico se sentaron tranquilamente en el fondo. Jake aún lucía un poco agitado, frágil, y definitivamente magullado por mi rudo ataque. Me dio una sonrisa cautelosa mientras se frotaba el hombro.

—Tal vez quieras considerar el cinturón de seguridad, este será un gran viaje —le dije. Su mano viajo rápidamente a los cinturones y se aseguro rápidamente.

—Así que Percy, ¿cómo vamos a girar esta cosa? —pregunte. El túnel era claramente muy pequeño para poder dar un giro.

—Sigamos adelante hasta que encontremos un punto donde podamos voltear —sugirió y luego encendió el vehículo. Empezamos a ir por el túnel y eventualmente llegamos a una gran fragua cavernosa. Todos los enanos se giraron y nos miraron.

Percy claramente no pensó nada de ellos y nos giró para la otra dirección. Él lo hizo de tal manera que me sentí como si estuviera en una película de acción; surgiendo de detrás y rápidamente girando la rueda para que así el vehículo girara 360° y los neumáticos chillaran. En sólo unos segundos ya estábamos en el garaje.

Hefesto alzo su espesa ceja hacia nosotros, obviamente sorprendido de que tan rápido habíamos terminado nuestra pequeña misión. Luego él vio a Jake y su boca se abrió en sorpresa. Jake bajó la cabeza avergonzado.

Puse mi mano en él para mostrarle, silenciosamente, que no lo culpaba.

—Él tenía sus razones —le declare a Hefesto—, ningún daño hecho.

—Bueno —resopló Hefesto metiéndose las manos en sus bolsillos—, al menos Nix no tiene el escudo.

Él comenzó a juguetear torpemente con una llave, esperando a que uno de nosotros hablara. Como siempre, yo dije en voz alta la pregunta del grupo — ¿Por qué es este escudo tan especial?

—Úsalo, y verás —respondió ásperamente, asintiéndome con la cabeza, y luego a Percy—. Estoy seguro que él sabrá lo que lo hace especial en cuanto lo vea.

Saque el escudo fuera de mi bolsillo y suavemente pase mi mano por el borde. Observe como el escudo se abría. Tenía el sentimiento de que no importa cuántas veces lo viera, no podría creer como algo tan pequeño podía convertirse en algo tan gigante.

Percy frunció el ceño y se agacho para ver mejor el detalle grabado en la superficie. Mientras pasaba sus dedos por la superficie de metal susurro —Dédalo —me miro a mí y luego a Hefesto—, esto fue diseñado por Dédalo.

—Sí, uno de sus últimos diseños antes de que muriera. Mientras él estaba en el laberinto me encontró y me dio el plano. Su último pedido fue que yo lo forjara. Dijo que si seguía las instrucciones correctamente el portador podrá permitirse poderes especiales, en otras palabras, el escudo te protege sin tu ayuda. Percy, ataca a la chica con tu espada —asintió con la cabeza hacia mí—. No trates de esquivarlo.

El Ascenso de la Noche  - La Guardiana de los Sueños #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora