Valery Meyer no tenía la mejor vida, pero era feliz al menos podía costearse sus lujos que fue lo que desde niña le enseñaron tener todo era lo que su madre le decía.
Había sido criada por tres personas, aunque ninguna le sirvió mucho, no fue hasta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─Buenos días Dan ─saludo entrando a su habitación─ Felíz cumpleaños guapa tarada
Lo miro ofendida y le arrojó una almohada a su lindo pero estúpido rostro el ríe y se cambia la playera.
─Me encantaria decirte que no tenemos nada importante que hacer después de tremenda cruda ─menciona Pablo y me arroja unas pastillas─ Pero tenemos que ir al Nacional, tienes una hora, no te tardes, Danna ya se está arreglando
Suelto una risa y me levanto de su cama para ir a darme una ducha no sin antes tomar una falda negra y mi top rojo de manga larga de su armario -los traje la noche anterior- me veo frente al pequeño espejo mientras abro la ducha, hace mucho mi estado físico no se veía tan mal como hoy, y me refiero a la tremenda cruda.
Una hora y veinte minutos más tarde Pablo aparca su auto y nos quitamos los lentes negros para bajar y caminar a la entrada, una vez ahí me da un pequeño abrazo y besa mi frente nos separamos.
─que buena peda nos pusimos ayer Vel ─comenta Danna bebiendo del café que Pablo nos compro antes de llegar al Nacional.
─Danna se te olvido mi cumpleaños cabrona, peda la que tu traias ─ambas soltamos una risa por mi comentario.
─¡Dani, amor! ─Raúl llega una vez cierro mi casillero y me abraza por la cintura─ Feliz cumpleaños novia
─Gracias precioso novio ─sonrió con burla y deja un pequeño beso en mi mejilla.
─¿novios? ─nuestra mejor amiga nos mira confundida.
─luego te explicamos ─le quita importancia Raúl y hace una mueca─ Se que no es el momento, pero debemos ir con Quintanilla
─Pues andando que no tenemos todo el tiempo
Entralazamos nuestras manos y caminamos directo a la dirección donde Sofía ya nos espera, nos sentamos los cuatro en el sofá esperando a nuestro director, que asi tu digas es uno bueno pues no.
Minutos después de esperarlo llegó viendonos con tres diferentes expresiones que de verdad no quise descifrar digamos que Quintanilla no me cae muy bien, ni a mi ni a Raúl y el sentimiento es mutuo por parte de ambos.
─¿Que hacen aquí? ─cuestiona y nos ponemos de pie.
─Tenemos que hablar
─No, no es lo que parece ─lo miramos confundidas─ Yo puedo explicarte...
─Queremos hablar sobre Bruno ─aclara mi novio tomando mi mano.
─Señor director ─Lulú llega a nosotros y le sonrió.
Esta mujer me cae muy bien y aunque no lo crean es muy cómica, además de que se come a mi mejor amigo con la mirada.
