Valery Meyer no tenía la mejor vida, pero era feliz al menos podía costearse sus lujos que fue lo que desde niña le enseñaron tener todo era lo que su madre le decía.
Había sido criada por tres personas, aunque ninguna le sirvió mucho, no fue hasta...
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Valery, Lucía y Sofía se encontraban viendose mutuamente, Raúl que sabía de la antigua amistad que las tres chicas tenían, se abstenia de decir algo.
─Lucia no tiene nada que ver en esto ─solto Valery poniendo a su mejor amiga detrás de ella─ Raúl y yo lo teníamos todos bajo control
─si eso parece ─la chica Hernández habla con incredulidad─ ¿lo acompañaste a buscarlo?
─ella lo encontró ─Raul decide involucrarse─ fui a buscarlo, y cuando lo vieron aquí, se molestaron, pero decidieron ayudarme, Sofía, yo les pedi que no dijeran nada
─no importa chicos, debemos encontrar a Gerry ─les recuerda Lucía.
─ese imbécil, todavía que acepto que seamos socios, desaparece con las cosas como estan ─se queja Valery, yendo tras su novio.
Raúl camino a una habitación, con las chicas detrás, una vez ahí bajo una caja llena de relojes, Valery sabia perfectamente cuanto tiempo el llevaba guardandolos.
─Pinche Gerry, me chingo un reloj ─hablo León, algo incrédulo─ Seguro lo fue vender el cabrón
─No, no creo ─hablo Sofía saliendo de ahí.
el par de chicas se encogió de hombros dándole la razón a la pelinegra y la siguieron, las tres entrando a la habitación del chico Granda, Raúl no tardó en llegar a ellas, algo apurado.
─oigan ya le marque mil veces y no me contesta el celular ─aviso, y fue gratamente ignorado por ellas─ D's ¿si le marcan ustedes?
─pues bueno, por lo menos sabemos que no huyo ─comento Sofía, con el clóset del chico abierto.
─Gerry fue a un date ─el duo de amigas salió del baño con una sonrisa en su rostro.
Valery y Lucía compartieron una mirada y salieron de la habitación, prepararon un café, y salieron de la casa del León, subiendo al auto de la rubia.
─¿lo vamos a encontrar? ─Lucia cuestiono bastante nerviosa, comenzando a jugar con su brazalete─ ¿verdad, Valu?
─tranquila Lu, ¿quieres que te lleve a casa antes?
A Valery le preocupaba bastante su mejor amiga, y es que desde la fiesta de Rosita, Lucía había estado más rara aún, inclusive ahora la castaña claro, se veía mil veces más comprensiva a lo que hizo Raúl, que la misma Valery.
─ire contigo, no dejare que hagas cosas peligrosas sola, nunca más ─tomo su mano levemente, y ambas sonrieron.
ahí fue donde Valery Meyer se dio cuenta de algo, si había una persona más importante que Raúl en su vida, una que había conocido con tan solo dos años en el martenal, que la había acompañado toda su vida, y que a pesar de lo mierda que su novio había sido con la persona que había llegado al mundo con ella, seguía a su lado, sin reprocharle nada.
