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   Jongdae no supo en qué momento se convirtió en el intermediario de Chanyeol y de Kyungsoo. En ese momento se encontraba con el alto, quien se había ido a quejar con él sobre que Kyungsoo nunca le habló de sus sentimientos y sobre cómo el mismo realmente pensaba que su amistad no era lo suficientemente importante para él al pensar que se alejaría de él si se enteraba de sus sentimientos.
   —Es que debes ponerte en su lugar también, Chanyeol-ah —habló Jongdae con cuidado, no queriendo decir algo que lograra hacer que el alto se alterara más.
   —Y trato de hacerlo, pero de todas formas me parece injusto —se quejó—. Si hubiera sido yo en su lugar, le habría dicho la verdad.
   —Es más fácil decir que hacer —le recordó—. Y no defiendo a Soo, no estuvo bien que asumiera que te alejarías de él, pero también tienes que pensar en qué es lo que lo llevó a pensar que sería así.
   —¿O sea que es mi culpa?
   —No, no estás entendiendo. Me refiero a que Kyungsoo, aunque a simple vista parece alguien muy confiado y seguro de sí mismo, puede ser alguien con muchas inseguridades. Tal vez el problema no eres tú, sino que realmente piensa que no hay forma de que tú pudieras corresponder a sus sentimientos.

   El menor lo miró en silencio. Suspiró con pesadez y miró sus manos sin saber qué decir.
   —Dime, ¿tú sientes algo por Kyungsoo?
   —No lo sé, no estoy seguro. Sólo sé que no quiero lastimarlo, aunque al parecer lo estuve haciendo todo este tiempo.
   —Kyungsoo tomó una decisión, Chanyeol. Él sabía qué clase de riesgos estaba corriendo al involucrarse contigo de esta forma. No puedes culparte por algo así. Además, es muy discreto con sus sentimientos, lo sabes. Yo no sabía que tenía sentimientos por ti hasta que él me lo dijo.
   —No sé qué hacer —volvió a quejarse, revolviendo sus cabellos con frustración.
   —Comienza por ser honesto, Chanyeol.
   —¡He sido honesto todo el tiempo! por algo le pedí que termináramos con esto.
   —Chanyeol-ah —dijo en un suspiro—, me acabas de decir hace quince minutos que le diste exclusividad aunque nunca acordaron hacerlo. No querías lastimarlo o hacerle pensar que sólo era uno más en tu interminable lista de conquistas y que supiera que era diferente con él, ¿no te preguntas por qué?
   —Es mi mejor amigo —bufó—. Por supuesto que no quería lastimarlo.
   —Sí, pero si ambos acordaron que no habría ningún tipo de compromiso, ¿por qué habría de ser distinto con él? ¿por qué lo habrías lastimado si sólo eran dos amigos teniendo sexo? esa fue una decisión que tomaste por tu cuenta, no lo consultaste con él.
   —¿Insinúas que yo también tengo sentimientos por él?
   —Bueno, para ser honesto, si me hubieran dicho que uno de ustedes tenía sentimientos por el otro, habría pensado que eras tú y no Kyungsoo —admitió—. Siempre has tenido una notable preferencia por él. Y no puedes excusarte con que es menor que tú, tienes a Sehun y a Jongin y nunca has sido con ellos igual que eres con Kyungsoo. Además, siempre que está él, te le pegas como chicle, buscas su atención a toda cosa y haces berrinches cuando no te hace caso. No hay que ser un genio para notar que hay algo ahí, ¿sabes? Y si no fuera porque a veces sí te pasas de Don Juan, aunque sí le bajaste los últimos meses y ahora sé la razón, todos pensarías que estás enamorado hasta los huesos de Kyungsoo.
   —Genial, ¿y qué se supone que haga ahora?
   —Ir a hablar con él, zopenco.
   —¡Pero aún estoy molesto! —exclamó cruzándose de brazos.
   —Chanyeol-ah, estás haciendo un berrinche por una estupidez que tiene una explicación razonable, la cual ya te di, mientras que él seguramente está tendido en su cama llorando porque piensa que lo odias o alguna cosa así. 
   —¿Y tú cómo sabrías eso?
   —No soy quién para contarlo, ni tú para saberlo, pero el día que decidiste ponerle fin a lo que tenían, fui a su casa y lo encontré hecho un desastre de lágrimas y mocos.
   Chanyeol se cruzó de brazos y abultó los labios, no le gustaba imaginar a Kyungsoo así. Definitivamente la había cagado.
   —Habla con él —repitió—. Y se honesto, por el amor de Dios. Dile esa tontería que hiciste de darle la exclusividad que no te pidió, le sentará bien saberlo y le hará sentir confianza en lo que dices. Ahora, si me disculpas, mis bebés y mi amor me esperan. Suerte, Romeo, aunque te ruego que, por favor, tu historia no termine tan horrible como la suya, agradece que Shakespeare no es el escritor de tu serie.

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