capitulo 13

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POV Adela

—Hola señorita Penelope—la saludo en cuanto entro a la cocina y ella inclina un poco la cabeza devolviendo el saludo en silencio.

—Ya que estás aquí haz un jugo de limón para servirle a los chicos e invitados que vienen hoy.

—Sí.

Me pongo a exprimir los limones y busco un envase donde echar el jugo luego, lo lleno de agua y procedo a echarle azúcar aprovechando que lo estoy preparando, vierto el jugo en un vaso llenándolo simulando que simplemente voy a probar el jugo no sabiendo la señorita Penelope que lo llené hasta arriba y me lo tomo rápidamente y cuando termino me lleno otro vaso para darle a Darien y voy al sótano.

Entonces, estaba bajando las escaleras cuando veo a Darien al pie del mismo y piso en falso derramando el jugo sobre él y afortunadamente pude agarrarme y no irme de boca hacía el piso—rayos, lo siento—le digo.

—Esta bien, no pasa nada.

Busco en la habitación un trapo, lo mojo pensando en pasárselo por la parte donde le cayó el jugo—¿puedo?—le pregunto ya que, voy a tocarlo.

—Sí.

Se lo paso pero se siente pegajoso su pelaje—es mejor echarte agua—lo cargo y lo llevo al baño entrandolo en la bañera y me enjabono las manos y las paso por su cuerpo para luego echarle agua.

Busco una toalla y lo seco—te sientes mejor ¿verdad?—le comento.

—Sí.

—Te traía una limonada pero se derramó casi completamente sobre ti—cojo el vaso con la limonada en mis manos y me acerco a él—toma—le pego el vaso en el hocico y él comienza a beberlo—tengo que ir al trabajo ¿me acompañas?

—De acuerdo deja que me transforme.

—Puedes quedarte así.

—No, no puedo hacer mucho siendo perro y tu necesitas protección porque, tu eres..

—Ya se, eres mi ángel guardián—lo interrumpo.

—No me digas que no sabes...

—¡Adela!—alguien toca la puerta interrumpiendo también a Darien.

—Escondete, rápido—le digo—entra dentro de las cajas—lo hace y tiro ropa de otras cajas adentro de la que él está.

—¿Puedo pasar?

—Sí.

Abren la puerta y entra la señorita Penelope junto con una pareja—ella es Adela—sonrío y paso mis manos por mi cabello peinandolo—saluda niña.

—Eh si, hola—manifiesto sin más y ellos me miran de arriba abajo entonces, me doy cuenta que tengo la camiseta mojada con los pantalones y un ligero olor a perro.

—Oh, regularmente ella no está en esas condiciones—dice la señorita Penelope como si estuviera avergonzada.

—Queremos ver a otras chicas si no es problema—expresa el hombre de la pareja.

—Oh si, claro—sale la pareja primero y luego la señorita Penelope me mira con cara de pocos amigos—hablaremos de esto más tarde—dice y sale cerrando la puerta tras de si.

—Bueno, no importa.

—Ah, sacame de aquí por favor que me asfixio.

—Cierto—quito toda la ropa que le tiré encima a Darien y lo ayudo a salir de la caja.

—¿Por qué dices que no importa, no quieres que te adopten?—me pregunta Darien en cuanto sale.

—La verdad es que no.

—¿Y eso por qué?

—Porque, ya casi cumplo los dieciocho para irme de aquí y además, si he de vivir con alguien antes que los cumpla mejor que sea mi madre.

—Tu madre...

—Ella está en coma desde hace siete años—Darien no dice más nada y yo busco algo de ropa para cambiarme e irme al trabajo. Voy al baño y entro a la bañera cerrando la cortina y ahí me cambio, salgo después de terminar—estoy lista y veo que tu también—noto observando a Darien transformado como es normalmente y con ropa.

—Así es, solo me falta las alas—articula poniéndose esa crema extraña.

—Yo te ayudo—me acerco a él y me embarro las manos con la crema y comienzo a esparcirla por sus alas.

Veo que sus párpados se están cerrando como si tuviera sueño—¿te sientes cansado?

—No, es que cuando me tocan las alas como que me relaja hasta tal punto que me da somnolencia.

—Oh, eso me ocurre cuando tocan mucho mi cabello.

Terminamos y luego salgo yo primero por la puerta del sótano verificando que no haya nadie—puedes salir, ven—digo después de mirar afuera.

Él sale corriendo deprisa hacia la salida y gracias al señor que no nos encontramos con nadie—esto no siempre va a hacer así—pienso y nos vamos al estudio de tatuajes.

Enamorada de mi ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora