Capítulo 12.

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"Eres tan valiente y tranquila que en ocasiones olvido que sufres."

Maia había llorado por alrededor de una hora. Era hasta ahora entendía tantas cosas.

-¿Cómo sabes tanto?-vaya que Maia lucía mal.

-Mi hermano pertenece a ese lugar.

-Lo lamento tanto, es mi culpa, no se aún las razones del porqué me salvó, no puedo recordarlo pero sé que es mi culpa. Lo siento tanto-de nuevo más lágrimas cayeron por su rostro.

-Hey, no llores-tan lindo como siempre, limpio sus lágrimas-.No lo lamentes, eras tan solo una niña, no tengo nada en contra tuyo, si lo tuviera, para empezar no trataría de protegerte.

-Gracias y disculpa por todas las groserías que te hice o dije.

-Tranquila, lo entiendo.

-Tengo una duda, muchas en realidad, ¿me darías respuestas?

-Claro, si es que las sé.

-¿Las almas crecen? Me refiero a si llegan a un fin o es eterna su muerte.

-Quedan ahí, en el boulevard, para siempre y sin ningún fin. Se quedan la eternidad ahí, a la edad a la que murieron.

-¿Sabes algo más sobre aquella noche? No logro recordar algo.

-No, solo sé lo que has escuchado.

-¿Cómo te enteraste de lo de Evan? ¿Cómo lo tomaste?

-Bueno, yo sabía que le gustaba ir a ese lugar, aunque solo lo observaba de lejos. Sabía lo que decían de aquel lugar...Fue una tarde el primero de noviembre del dos mil seis para ser exactos...No había regresado a casa. Lo encontré, claro, pero no vivo.

-¿Te refieres a que fuiste tú el que encontró el cuerpo de Evan?

-No, no fue eso, lo encontré, sí, pero su alma o su fantasma, como quieras verlo. 

 -¿Y entonces qué pasó con el cuerpo?  

-Todos desaparecen después de unos minutos, como por arte de magia, ¿por qué crees que la policía deja los casos de las personas muertas que fueron vistas por ultima vez cerca del boulevard para el final de sus listas? Porque desde hace años que se buscaban a las personas desaparecidas que indicaban estar muertas, era porqué nunca se encontraban pistas o al cuerpo. Se cansaron de buscar y toparse con un barril sin fondo.

-¿Cuántos años tenías?

-En aquel entonces yo tenía dieciséis años, Evan eran el mayor de los dos.

-Tenía veintidós...se quedó con esa edad.

-Si, ahora se podría decir que yo me he convertido en el hermano mayor.

-¿Qué hacía él ahí?

-Entró en una depresión enorme, fue a ese lugar un par de veces a fumar y fumar, pero por alguna extraña razón logró salir con vida, obvio eso a Tate le quemaba las entrañas,  después Tate fue el que se adueñó de su mente y pensamientos, Evan iba ahora todos los días y seguía saliendo con vida pero es que él, Tate, se alimentaba de su dolor, se regocijaba en el, por eso lo dejaba salir con vida...Alex iba a ese lugar también, a hacerle compañía, sabía lo que se decía de ese lugar, no quería dejarlo morir.

-Era él...el chico que estaba colgado, ahora lo recuerdo.

-Exacto, pero al ir y escapar de ese lugar, Tate se metió en su cabeza también, no soportaba la idea de que hubiera alguien que intentara salvar a una de sus diversiones y que también saliera vivo en compañía de Evan.

-Y Alex se suicidó...-más lágrimas salían de los bellos ojos de Maia. Alex había sido otra víctima de Tate como lo era ella en ese momento. Tate había llevado al suicidio a Alex, lo mismo que intentaba hacerle a ella, pero antes disfrutaba de hacerla sufrir.

-No, Alex era un chico con una alegría que te contagiaba, siempre me hacia reír cuando iba a casa a ver a Evan...él era un chico maravilloso, a él nunca se le hubiera cruzado por la mente suicidarse, fue Tate el que lo mató.

-Pero fue se suicidó...

-Tate lo mató al meterse a su cabeza.

-Entiendo...es como si Tate hubiera cometido el acto indirectamente y Alex hubiera sido el arma.

-Así es.

-¿Cuántos años tenía?

-Cumplía veintitrés justo ese día.

Con esa afirmación Maia lució rota.

-El día de su cumpleaños murió y junto con él su mejor amigo-cubrió su rostro para ocultar el llanto.

-También era tu cumpleaños.

Al parecer por eso a Maia no le era muy de su agrado festejar su cumpleaños, su mamá iba afirmar el divorcio y lo peor, vio a un chico colgado y a otro morir. 

-Lo sé, ahora lo recuerdo, ¿cómo lo pude olvidar? Durante ochos años me he sentido culpable de algo que no recordaba, había algo que me hacia sentir perdida, hundida, asfixiada ¿por qué olvidé algo así?

-Tu mente bloqueó esos recuerdos por el daño que te podría causar.

-Todo es mi culpa...

-No lo es Maia, deja de culparte.

-Tu hermano murió por mi culpa.

-Nadie sabía que acabaría en eso. Es culpa de las almas despiadadas que habitan ese lugar.

-No entiendo porqué seguía en ese lugar.

-Presentía que algo estaba mal, fue a ese horrible lugar y lo encontró colgado, no pudo con esa imagen tan fuerte, huyó por un rato pero regresó porque se sentía culpable y entonces fue cuando te encontró. Yo no creo que haya sido tu culpa, a Tate le empezaba a aburrir seguir atormentando  a Evan, buscaba una nueva presa, pronto lo llevaría por el mismo camino de Alex.

-¿Crees que en ese momento pensó en mi para ser su nueva presa?

-Eso creo, buscan presas vulnerables. Evan estaba en depresión, Alex sufría de ansiedad y porqué su novia había muerto en un accidente de auto. Tú al ser pequeña y vivir lo de tus padres, también eras igual o más vulnerable.

-De cualquier modo, consiguió todo lo que quería, matar y tener control de mi.

-Todo es culpa de Tate y de nadie más.

-¿Y tus padres? ¿Lo sabían? Nunca me hablaste de ellos.

-Murieron un años antes de que eso sucediera, por eso Evan iba a ese lugar, no le gustaba estar en casa, le recordaba a ellos. Mi abuela, con la que vivíamos, murió una semana después de que supiera que Evan había muerto, extrañaba a su pequeño y no desde el día en que lo perdimos, sino desde que mis padres murieron. No era el mismo niño alegre de antes, ya no lo veíamos tan feliz, hasta que me hablo de Murphy, por eso mismo temo a que salgan heridos, cualquiera de los dos.

-¿Y qué se supone que haré ahora? ¿Seguir fingiendo que no sé nada y que solo soy Murphy?

-No creo que sea muy buena idea que él sepa que tú eres Maia Murphy, aun así te protegeré...Él me lo pidió, dijo que cuidara de la pequeña que había logrado salir viva de aquel horrible lugar. Sabía que Tate no te dejaría vivir en paz.

Maia no podía más. Las yemas de sus dedos exploraron cadacentímetro de sus labios resecos,era obvio que estaba mal. Cerró los ojos y dejó que el aroma de su al rededor la empapara mientras más lagrimas silenciosas resbalaban por sus suaves mejillas.

A Scott le partía el alma verla así, la amaba demasiado como para dejar que algo malo le pasara. Estaba dispuesto a darlo todo por jamás verla así de rota.


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