Omma Jungkook | YugKook MPREG

Capítulo 7

El reloj marca cerca de la medianoche.
La casa está muy tranquila y silenciosa, hace más de dos horas que Namwoo se fue a dormir abrazando su patito de peluche.

Después de comprobar que el pequeño sigue durmiendo, Seokjin se dirigió entonces al estudio casero de Namjoon, que está ubicado en la planta alta de la casa al fondo del corredor.
Es una habitación insonorizada, por lo que el ruido que viene desde dentro no sale al exterior.

Jin tocó la puerta con sus nudillos y giró el picaporte para poder entrar.

— Hola, Namie —saludó a su novio volviendo a cerrar la puerta detrás de su espalda.

Namjoon estaba sentado en su silla frente al escritorio, mirando dos pantallas de computadora donde tiene un complejo programa de edición de audio lleno de botoncitos de colores y comandos.

— Hola hyung~ —contestó el moreno con voz grave solo mirándolo de reojo.

Lentamente, Seokjin se acercó a él por detrás de la silla y puso ambas manos en los hombros del más alto. Se inclinó para darle un beso en la mejilla y miró la pantalla.

— ¿Ya casi terminas?

— Eso creo, quizás en unas... Dos horas —Nam de frotó el rostro con una mano y suspiró.

Jin empezó a hacerle un suave masaje en los hombros. Sintió sus músculos tensos, así que trató de relajarlo haciendo movimientos circulares y presionando suavemente en los puntos donde sentía más tensión.

— Ya es muy tarde, Namie.

Al sentir esas suaves manos acariciando y sobando sus hombros, Namjoon cerró los ojos y suspiró profundamente.
Sentirlo tan cerca y escuchar su voz tan dulce le ayudó a relajarse un poco.

— Has trabajado muy duro —Jin se inclinó para darle tiernos besitos en la mejilla— Mereces descansar.

Siguió dándole besos, pero poco a poco se acercaba a los labios del moreno, entonces por fin lo besó.
Nam cerró los ojos disfrutando el momento. Por primera vez en varias horas su mente estaba tranquila, sin pensar en los trabajos pendientes, los lanzamientos, grabaciones, entrevistas. Por un momento se sintió calmado.

Jin terminó el beso y miró los pequeños ojitos adormilados de su novio.

— Oye, Namie... —susurró con timidez acariciandole las mejillas

— ¿Si, hyung?

— Yo... Estuve pensando y...

Se detuvo un momento, tomó aire en sus pulmones sin dejar de verlo fijamente y se relamió los labios un poco nervioso por lo que estaba a punto de decir.

— Creo que sería lindo si... Le damos un hermanito a Namwoonie.

Al escucharlo, los ojos de Namjoon se abrieron al máximo. De un segundo para otro ya no tenía sueño ni estaba cansado. De hecho, su corazón se aceleró como si hubiera recibido una dosis de adrenalina

Intentó decir algo, pero de su boca sólo salían balbuceos.

Apenas iba a reaccionar, cuando Seokjin rodeó la silla hasta quedar de frente a él, entonces notó la ropa que llevaba puesta:

Tenía una camisa muy amplia de color blanco, que de hecho pertenece a Namjoon. Es tan amplia que el hueco del cuello deja expuestas sus marcadas y atractivas clavículas, le cubre hasta la pelvis donde apenas se puede ver el borde de su boxer rosita, y las mangas le llegan hasta la mitad de las manos.

Y sus piernas sólo están cubiertas por un par de medias blancas, largas hasta la mitad de los muslos con dos líneas rosas en el borde superior.

Namjoon estaba impresionado, boquiabierto y conteniendo la respiración.
Jin se inclinó y volvió a besarlo mientras subía lentamente a su regazo, sentándose de frente hacia él con las piernas flexionadas a sus costados y los brazos envueltos alrededor de su cuello.