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~A saber quién será en multimedia, es Yere~

-¿Chicas...? -dije por enésima vez.

Se lanzaban miradas de odio mutuamente y yo no sabia que hacer.

Tocaron a la puerta.

-Mas os vale que para cuando vuelva arregleis vuestras diferencias.

Abrí la puerta y como suponía, estaba Erick detrás.

-Hola de nuevo. -me dijo- una tal Sophie me ha dicho que me enseñaría inglés.

Já.

-¿Y cómo se supone que la has entendido si no sabes inglés?

-Vale, -rió- no ha colado. En fin, Yuno, jo, ayudame.

-¿Os creéis que soy una profesora?

-Si has podido con Pat, creeme que podrás conmigo.

-Empezamos mañana por la mañana. ¿Cual es tu habitacion?

-La 8. -sonrió satisfecho- adiós guapa.

Me dio dos besos y se fue. Vaya, he perdido esa costumbre.

Al entrar a la habitación volví a fijarme en las chicas.

Hina tenia su pelo azul liso recogido en un moño deshecho. Tenia un pantalón corto deshilachado de color azul claro y una camiseta larga negra.

Yere tenia su pelo azul oscuro suelto, un pantalón largo negro con cortes en las rodillas y una camiseta negra también con algún grupo de rock.

Y Emma... Qué decir de la dulce Emma. Un pelo rubio envidiable rizado con tirabuzones -apuesto a que son dados por Dios- en las puntas cae suelto por sus hombros, unos vaqueros pitillos blancos y una camiseta azul marino de seda con tirantes.

¿Y yo? Soy la combinación de las tres.

Mi pelo rubio estaba suelto y liso. Tenia una camiseta negra de tirantes y el pantalón rosa del pijama.

-¿Ya? -pregunte tras unos segundos de mirarlas.

Seguían en silencio.

-Me tomaré la libertad de creerme detective. -dije- Emm, ven.

Ella se levanto ajustándose la camiseta y subiéndose los pantalones y me siguió hasta el baño. (Que es el único sitio privado que tenemos)

-¿Que ocurre entre Hina, Yere y tú?

-Por Dios, -puso una cara de asco- deja de llamarla Hina, me da asco.

-Pues con Katherine.

-Segun me contó Yere, Katherine le había estropeado una cita con Samuel. Por aquel entonces ella era rubia, y vestía algo... Puta.

-¿Y cual es tu razón para "odiarla"?

-No tengo nunguna. De hecho, no la odio. Solo no hablo con ella.

-Genial, sal y di que pase la siguiente.

Se levantó del vater y oí que llamaba a Yere.

-¿Que?

-¿Por que estás así con Katherine?

Empezó a reírse.

-Tengo tantas razones, querida, que estaríamos aquí todo el día.

-Tengo todo el día.

Resopló molesta.

-Me ha robado el novio. Se ha comportado como una zorra conmigo. Me ha jodido citas. Y de un día para otro, BOOOM, y cambia radicalmente. Seriamos grandes amigas si no hiciera lo que hizo.

«Yuno»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora