𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘴𝘵𝘰𝘳𝘺 [aemond x helaena x ocfem]

as long as I'm here, no one can hurt you

Aemond había madurado en doce años de su vida lo que alguien promedio tarda más de veinte; tenía que hacerlo, toda su familia era débil, era el único que podía protegerlos.

Su madre, tenía la mentalidad atrofiada por su fanatismo religioso y el abuso psicológico por parte de Otto, sentía que era su deber cuidarla como ella intentaba hacerlo con él; su hermano, Aegon, era solo un ebrio promiscuo que nunca podría ser lo suficientemente maduro para el cargo que se le pedía ejercer; su hermana, Helaena, era demasiado sensible y especial, tal vez de las pocas cosas buenas que había en esa familia abandonada por los dioses, Aemond la amaba, eso no estaba en duda, pero que veces y solo a veces, cuidar de ella lo estresada un poco, siempre debía ser cuidadoso a su alrededor por su sensibilidad a los movimientos bruscos y los sonidos fuertes.

Toda la familia encontró en él un pilar firme en el cual tratar de construir algo estable para el futuro, de forma conciente, como su madre y su abuelo  o inconscientemente, como su Helaena.

Menos Relaella.

Aemond sabía que ella era la única a la que podía recurrir en busca de ayuda. Esa vulnerabilidad que nunca se permitió sentir la mostraba solo en presencia de su esposa, quien lo abrazaba por las noches, murmurando dulces palabras de consuelo, agradeciéndole en nombre de todos el enorme esfuerzo que hacía por ellos.

Su gemela había desarrollado un fuerte sentimiento de rechazo hacia toda su familia desde que notó lo que hacían con él, siendo su Helaena la excepción. Ambos comprendían que ellos eran los únicos en los que su hermana confiaba, no la culpaban por necesitarlos y mentiría si dijeran que no les gustaba esa atención. Después de todo, siempre se sintieron completos en compañía de su hermana.

La primera noche que su hermano se abrió con ella y le contó lo mucho que detestaba su rol en la familia, Relaella Targaryen se juro que aunque de puertas para fuera él tuviera que ejercer ese papel, ella no dejaría que esto lo agobiara nunca más. Jamás quería volver a ver a su hermano desmoronarse entre lágrimas y sollozos como lo hizo aquella vez, luego de que  su madre lo golpeara por no poder impedir que Aegon se sobrepase con una de las doncellas de Helaena.

Relaella Targaryen fue la primera en notar como los pilares de la casa del dragón se debilitaban ante el veneno verde y no estaba dispuesta a dejar que la hicieran caer por completo.