Capítulo 1: Cafetería dueña de mis gay panics

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REMAKE 12/11/22

Hoy empiezo lo que será mi tumba en unos meses, esta es la reedición de la reedición, pero con tal no borrar lo que seguramente a algunos les gusta, subiré esta nueva versión en un libro aparte que llevara "(REMAKE)" junto al nombre.

– Katra Castle –

Quema, quema, quema.

La universidad fue una buena época de mi vida, me sentía mayor, pero era joven, tenía responsabilidades, pero aun tenía un destino fijo, terminar la carrera, algo por lo que despertarme en las mañanas ¿pero que se hace luego de eso? ¿cuándo el titulo ya está colgado en la pared de tu habitación? ¿cuándo hay un caballete con un lienzo en blanco y por mas que lo intente no logro sobresalir?

Salí de la universidad con la esperanza de ser alguien, un buen sueldo, alguna oportunidad de oro, gente que me conozca por mi trabajo. Aunque la fama de Bellas artes sea vivir bajo un puente e intoxicarte con pintura cada tanto, había que tener fe, tenía fe en ello.

¿Cuál era la probabilidad de ser reconocida? Baja.

Pero la verdad hacer lo que me gusta— o sea dibujar —es de lo único que tengo ganas al salir del trabajo.

Aparte de eso, no me imagine que mis días se resumirían en trabajar en una cafetería de lunes a miércoles solo para poder llegar a fin de mes de buena manera. Sin quitar los jueves y viernes que trabajaba en un bar. No me arrepiento de haber estudiado lo que me gusta, sabía que sería complicado y realmente no vivo mal.

El problema es que si tienes un mal día desde que despertaste y te acabas de manchar con té caliente todo se ve mal.

Quema mucho.

—Ve y cámbiate el delantal, Hay que dar buena imagen — dijo Ashton sin en realidad mirarme.

Se encargaba de la caja desde antes que yo llegara a trabajar aquí, era el encargado de la cafetería de sus padres y tomó el puesto cuando cumplió los veinte. Mayormente no se quejaba, creció en la cafetería y estaba orgulloso de ella. Según él, tenía el puesto de cajero porque era un trabajo simple, siempre lo mismo y repitiendo las cosas como un robot. Además, no era malo con las matemáticas, por otro lado, perdía bastante la paciencia con la gente y ahí yo tenía que interferir, las personas no le caían bien, pero se alegraba si alguien llegaba con un perro.

Yo trabajaba aquí hace mas o menos un año, tengo un tiempo limitado gracias a los dos trabajos, gracias a eso mi círculo se redujo a mis compañeros en la cafetería, Ashton Clark y Alycia Bennet se habían convertido en las personas a las cuales acudía en crisis. Alycia consiguió el trabajo hace unos dos años por recomendación del encargado.

Alycia y el eran amigos desde antes.

Ashton era un chico un poco pálido, ojos azules y pelo negro ligeramente ondulado que le daba un aspecto elegante y ordenado que siempre se esforzaba por tener. Bastante reservado, le encanta mantener conversaciones serias sobre puntos polémicos, yendo desde política hasta chismes de famosos, jugándose el pellejo al tener la posibilidad de no estar de acuerdo con otras personas y terminar enojados. Pero el respetaba sus ideales y los mantenía, algo que yo admiro de el por serme difícil el hacerme oír de esa manera. Suele tener esas conversaciones conmigo, sin embargo, casi siempre estamos de acuerdo.

Alycia por otra parte es una chica bastante alta, oscila el metro setenta y cinco, tez negra y un cabello envidiable que se negaba a cortar a pesar de que a veces le fuera una molestia en su trabajo. Muy extrovertida y estoy segura que adoptó a Ashton como su introvertido de confianza.

Quédate conmigo (R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora