𝐆𝐋𝐈𝐌𝐏𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔

PART 5

La noche fue muy cansada para Elsa, pero aún así se despertó con una linda sonrisa. El día empezó muy bien, el ambiente fresco y el interior de la casa con un olor exquisito.

Una chica se encontraba haciendo el desayuno en la cocina, su nombre era Bella, y es la chica que Elsa le había pedido ayuda.

—Buenos días— Saludó Elsa acercándose a la castaña. —Huele delicioso.

—Buenos días cariño— respondió Bella volteando a ver a Elsa.
La albina abrazó por detrás a la chica, y le agradeció por el desayuno. —Elsa, no es nada, solo te estoy devolviendo el favor—, soltó una risa.

—Lo disfruté mucho—, gracias a la gran noche que pudo crear Elsa para Bella, ahora tendría el desayuno perfecto para Emily.

Ayer en la noche la albina le había marcado a la castaña, usando un pretexto que necesitaba ayuda urgente porque algo le había sucedido. Con mucha preocupación, Bella salió de su trabajo para ir directamente a la casa de Elsa para así poder ayudarla. En cuanto entró al interior de la casa, la rubia ya tenía que decirle la verdad.

Elsa le comentó sobre Emily, y pidió que a nadie más le dijera sobre su secreto porque así arruinaría su reputación. Con curiosidad, Bella quería ver a la pequeña, así que la albina la acompañó hacia la habitación sin hacer mucho ruido, abrió la puerta y ahí estaba Emily, durmiendo como si estuviese muy cansada.

Bella se enamoró de la niña pues era identifica a Elsa, solo que los ojos eran de color verdes, no hacía mucho la diferencia pero aún así era hermosa.

Desgraciadamente Bella no conoció a Rapunzel, en cuanto dejaron a la niña descansar, Elsa se dedicó a decirle todo lo que había pasado, desde Rapunzel, como su muerte y como abandonó a Emily.

Una gran parte de Bella odiaba a Elsa en ese momento, pero entendió su punto y aun así no es muy justificable. Mientras más contaba Elsa, la castaña sentía que la albina estaba abriendo su corazón y era un logro de ella, porque nadie puede tener a Elsa tan vulnerable.

Pasaron las horas y lo que fue de un tema triste, cambió a diversión. Entre más temas hablaban, más se juntaban las dos chicas, hasta que llegó un momento donde las dos se deseaban, más Elsa.

Después de un beso apasionado, la castaña había detenido a Elsa, diciéndole que no era adecuado hacerlo porque en unos metros se encontraba Emily durmiendo.
La ignorancia de Elsa salió a la luz y le comentó si no hacían mucho rudo, nadie se iba a enterar de lo que pasó.

¿Existe alguien en el mundo que le diga no a Elsa? Verla de esa manera, su mirada de deseo, es lo que derritió de amor a Bella.

Y aquí están las dos.

—¿Emily está lista?, ¿quieres que le ayude en algo?— la atención que bella le estaba dando a la hija de Elsa, hizo que la rubia se molestara.

—Ella puede arreglarse sola.

—Si, ¿pero no tenía que ir a la escuela?.

—La verdad no sé—, Elsa llamó a emily y la niña salió apenada de la habitación. Cruzó el comedor y fue directo a la cocina.

Bella se acercó a ella con una sonrisa, y se presentó.

Con un buen gesto, Emily respondió.

—Eres muy hermosa, ¿cuantos años tienes?

—Tengo 5, cumpliré 6 en unas semanas—, dijo sonriendo. Bella había terminado el desayuno, así que llevó el plato de Emily y el de ella a la mesa para desayunar.

El gesto de la castaña hacía que Elsa se confundiera, pues podría estar con Bella si solo le ayudara con Emily.

—Emily, ¿hoy no tienes que ir a la escuela? Parece que no tienes nada de preocupación—, Río Bella. La niña negó antes de comenzar con su platillo.

—La señorita Summers está enferma, pidió permiso para no asistir a clases pero nos dejó mucha tarea.

–¿Y que es lo que tiene?

—Resfriado.

—¿Y quien cancelaría sus clases por un simple resfriado?–, preguntó Elsa uniéndose a la conversación. —Yo nunca falté en mi trabajo por más enferma que estuviera.

Cuando Elsa habló, Bella observó que Emily cambiaba su actitud. Es decir, de pasar de una niña que intenta socializar, cuando Elsa está presente, Emily se hace pequeñita.

—¿Pero no será por mucho tiempo, o si emily?— la castaña rompió el silencio que había provocado Elsa.

—Voy una semana así...— respondió en tono bajo.

—¿Arianna sabrá?— Elsa alzó sus hombros como expresión de que no sabía nada.

—Deja de preocuparte, luego me comunico con ella—, pidió Elsa al ver que su querida amiga estaba tan preocupada por los estudios de la pequeña.

Las tres siguieron comiendo, había momentos en las que Bella ignoraba a Elsa con tal de seguir hablando con Emily.

Tanto fue así que Elsa se sintió excluida, que se retiró de la mesa en cuanto terminó.

Se dirigió a la sala, encendió su consola de videojuegos junto con la pantalla, y empezó a jugar a todo volumen sin importarle que habían dos personas en la cocina que estaban hablando.

En la mente de Elsa aun pasaba el pensamiento de que todo esto es un error, y que Arianna nunca debió buscarla para pedir su número.

Pero a veces se le cruzaba la idea que esto fuese diferente si la chica que estuviera allá con Emily sería Rapunzel, compartiendo un momento de madre e hija. Y si fuese así, ella no se comportaría de tal manera con la pequeña.

Serían una familia muy feliz.

Pero la vida real siempre afectará los pensamientos de cada uno, mientras tanto... Elsa seguirá soportando su dolor, porque la chica que ama no está con ella, y nunca estará a su lado.