PART 6

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Pasaron los días y Bella consiguió tener una pequeña conexión con la pequeña, la chica se había quedado en ese lapso de tiempo para ayudar a Elsa y a Emily a la vez.

La castaña sabía que Elsa por más que tuviera una nueva responsabilidad, jamás cambiaría su actitud. Y lo que le apenaba es que Elsa se estaba perdiendo de los mejores momentos que un niño de 5 años puede regalarte.

En esta mañana, Bella se había ido de la casa de Elsa por cuestiones de trabajo, antes de marcharse le pidió a la albina que dejara a lado su orgullo y que se enfocara en Emily porque es lo único que tiene a su lado.

Para el colmo, aquellas palabras que recibió Elsa, fue un "hasta aquí".
No le agradó para nada que Bella se comportara muy a la defensiva con ella, y se decía a ella misma que la castaña no podía opinar porque no sabía de nada.

Por mala suerte de su parte, Emily se encariñó tanto con Bella que sería la última vez en verla. O quien sabe...

Ayer por la noche la albina recibió una llamada de Arianna, tanto ella tenía preguntas como Elsa también las tenía. Tuvieron a la vez una buena y mala conversación entre las dos, pero aún así, Arianna no dejará que Elsa regrese a la niña como si fuera un juguete prestado.

Antes de que la conversación terminara, Elsa preguntó sobre la escuela de Emily, Arianna solo le respondió que las clases iban a empezar después de la junta que daría la maestra de Emily.

Y la mejor parte es que esa junta sería en 30 minutos.

La albina ya estaba arreglada, algo lujosa pero no le importaba. Para ella lo importante de una mujer es que pueda lucirse con lujos, y el clima afuera no era muy conveniente como para usar algo simple. Un frente frío había llegado en el lugar donde vive Elsa, la ciudad podría estar recibiendo una de los peores fríos que hayan tenido.

Elsa no dejaba de verse al espejo, en su mente pasaban dos cosas: la primera es que no quería ir a la junta, y la segunda... ¿por qué tiene que convivir con las madres del grupo?

Miró su reloj y suspiró.

Se dirigió hacia la puerta de la entrada y esperó a que emily se pusiera su suéter.

—¿Llevas tu mochila?— preguntó Elsa mientras miraba caminar a su hija hasta ella. La pequeña asintió.

Elsa cerró con llave la puerta y caminó hacia el auto. Ayudó a Emily a subirse, y le ajustó el cinturón de seguridad. La albina se dió la vuelta, abrió la puerta y subió al auto.
Rápidamente encendió la calefacción del auto y solo esperó a que el interior tomara la temperatura normal.

Cuando fue así, empezó a conducir tranquilamente pues tenían tiempo de sobra. Cada semáforo rojo en la que se detenía, miraba a emily por el retrovisor. Suspiraba porque la niña tenía esa mirada que Rapunzel una vez tuvo en su rostro.

"¿Arianna habló de Rapunzel con ella?", Se preguntó. ¿Acaso Emily alguna vez vió una foto de su madre?

No quiso entrar a detalle, porque el tema de su esposa era muy delicado para Elsa, y pensar en ella la pondría de un mal humor.

En cuanto llegaron al lugar, Elsa se dirigió al estacionamiento con cuidado. Miraba algunas madres llevando de la mano a sus hijos, y algunas ayudaban con la mochila de sus pequeños.

Elsa se estacionó perfecto, miró la hora y faltaban 15 minutos para la junta. Suspiró y salió del auto, se dirigió a la puerta de emily, la abrió y le quitó el cinturón de seguridad. Antes de que emily bajara, Elsa tomó su mochila de su hija y ayudó a bajar a Emily.

La pequeña le agradeció con una sonrisa porque por primera vez Elsa la cuidó.
La rubia cerró la puerta y con las llaves qué llevaba en su mano le activó la seguridad para todo el auto.

—Dame tu mano—, fijo Elsa mientras extendía su mano para agarrar la pequeña mano de su hija.

Empezaron a caminar y no había ninguna mujer que no dejaba de mirar a Elsa. Con ayuda de Emily, Elsa pudo llegar bien al salón de su hija.

La pequeña le indicó donde se sentaba para que Elsa pudiera sentarse sin que llegara otra persona y le diga que el lugar ya estaba ocupado.

Elsa sintió unos nervios en su interior porque miraba que las mujeres del salón estaban hablando de ella entre sí. Para ignorarlas, cargó a Emily y la sentó en su pierna.

—Creo que ya viene—, dijo la pequeña en el oído de Elsa.

—¿Y es una señora amargada con lentes grandes?—, preguntó Elsa y emily rió. —¿Qué? Yo siempre tuve de esas en mi vida, son lo peor

Y volvió a reírse.

—Ella me quiere—, emily se acercó a Elsa y le susurró. —Siempre dice que soy su favorita.

—Las señoras grandes siempre van a decirte eso para que...— Y Elsa no pudo terminar su oración porque algunos niños entraban al salón corriendo y dirigiéndose a sus mamás.

—Es ella— dijo Emily. Elsa fijó su mirada hacia la puerta y en ese entonces va entrando una chica pelirroja, con un color de piel qué parecía único, y una sonrisa hermosa que cautivó todo el salón.

—Buenos días— Saludó la maestra de Emily. Dejó sus carpetas en su escritorio y se puso en medio del pizarrón. —Se que el frío de allá afuera es insoportable, y los niños se tienen que quedar acá para que no se enfermen después, porque créanme, estar enfermo es lo peor.—, toda las mamás se empezaron a reír con la chica pelirroja. —Voy a empezar con lo más simple, les pido una gran disculpa por no haberle dado clases a los niños la semana pasada y estos días, en serio estuve tan mal que no quise salir de mi cama durante todo ese tiempo.

Algunas mujeres le empezaron a decir a la maestra que no se preocupara y que esperaban qué todo estuviera bien.

Mientras Elsa no sabía que decir.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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𝐆𝐋𝐈𝐌𝐏𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐘𝐎𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora