Todo vuelve

Capítulo 8

- Como ven hoy sus funciones son ligeramente distintas - dijo Marta

- ¿Ligeramente? Vamos vestidos de pingüinos ....

- Le van a pagar demasiado bien esta tarea extra como para que se queje tanto

- ....

Hoy era sábado y en condiciones normales tan solo viene un grupo de guardia al edificio. Este grupo va rotando con lo cual algún día me tocaría a mí. Pero este sábado es especial.

"Gran inauguración de la planta 27" se podía ver en distintos carteles a lo largo del todo el edificio. Hoy necesitaban un apoyo extra de personal así que nos pidieron a los de mantenimiento acudir al evento.

Nos dividieron en varios grupos: apoyo a la seguridad, a camareros, atención al personal, preparación de mesas, cubierta ante desperfectos o cualquier tipo de fallo o rotura de inmueble....

En mi caso, junto con otros compañeros entre los que se encontraba Laura, nos había tocado apoyar a la seguridad. Ninguno tenemos formación en seguridad de manera que como tal no vamos a llevar el uniforme correspondiente ni ningún tipo de esposas, armas...

Nuestra función se basa en estar vigilando la planta 27. Cada uno de nosotros forma pareja con una persona de la seguridad de manera qué, vamos vestidos de etiqueta y damos vueltas por la planta, atentos a cualquier cosa que se salga de lo normal. Y, a través del pinganillo, debemos de informar a nuestra pareja del equipo de seguridad.

No nos íbamos a engañar, estaba de los nervios. Este no era mi ambiente y saber que iba a ver a Alister hacia que el corazón se me saliera del pecho. Tras una hora de presentaciones, por fin comenzó la copa de bienvenida propiamente dicha. Y, por tanto, la gran entrada del CEO de la empresa: Alister Danot.

Cuando entró por la puerta sentí que él el aire se escapaba de mis pulmones. Espectacular ni se acercaba a la descripción de lo que estaba viendo. Elegante, sonriente, atento a todos y dando un discurso elocuente y probablemente preparado durante el ultimo mes.

A lo largo de la ceremonia nuestras miradas se cruzaron un par de veces pero fue simple cortesía. Él estaba pendiente de todas y cada una de las personas de la sala, menos de mi. O al menos esa era mi impresión.

Todo iba genial y yo ya me estaba cansando de tanto postureo. La gente sonreía y le daba la enhorabuena pero en sus ojos solo podías ver envidia, o a menos en los de la mayoría.

- No pareces muy contento de estar aquí - una voz me dijo a mis espaldas erizando cada fibra de mi cuerpo

- No es mi ambiente - dije mirándole. Cuando me giré estábamos a menos distancia de la que me esperaba

- ¿Y cuál es tu ambiente? - dijo acercándose levemente y poniéndome mas nervioso si podía

- ...

- No te veo muy recepivo

- Estoy trabajando - contesté. Por el cambio en su cara imagino que lo dije mas borde de lo que pensaba. Pero por un segundo solo podía centrarme en mantener mis sentimientos a raya, y más después de tanto tiempo

- Disculpa entonces ... - susurró alejándose, movimiento que impedí sujetando levemente su muñeca

- Discúlpame tu. No quiero problemas

- ¿Y hablar conmigo es un problema?

- No trabajar es un problema. Si te hablo, no presto atención

- Soy una distracción

- Si... - respondí susurrando mas rápido de lo que debería. Para mi suerte, un grupo de periodistas comenzó a llamar a Alister así que la pequeña burbuja que se había formado entre nosotros estalló. Me giré rápidamente para evitar mirarle después de pasar semejante vergüenza, dándole a entender que podía irse

- Nos vemos Derek Nabal - susurró

No sé que fue lo que me puso los pelos de punta. Si su susurro en mi oido o que dijera mi nombre y apellido cuando yo no se los había dicho.