Tanto el niño como yo caminamos sin decir ni una palabra. Él no hace más que tararear canciones que fusiona con saltitos al caminar. ¿Es esta la juventud de ahora? Un niño de al menos 12 años actuando como si tuviera 4. Que vergüenza. Estamos en la absoluta ruina si seguimos así.
Decido ignorar completamente su ridícula conducta que tan solo me hace sentir molesto, me dedico a desaparecer el cigarrillo poco a poco con ayuda de las caladas que empujan el humo dentro de mi boca y esta se encarga de retirar segundos después. Aún falta mucho camino e ir al lado de este niño de mierda ¡y de paso! —por si no fuera ya demasiado— sumarlo con el martirizante olor a orina me está matando. Ha pasado casi media hora desde que empezamos a caminar, el asunto se está volviendo agobiante y me inquieta de cierta manera que alguno de estos vagos inadaptados secuestre al niño y se lleve la mercancía. Eso me terminaría de joder el día.
Habría perdido dinero, tiempo, la mercancía, y por supuesto, habría pasado por todo esto para nada.
Nada me sale bien nunca.
A lo lejos un rostro bastante conocido para mí se vuelve más y más claro conforme avanza hacia nuestra dirección. ¿No es ese...?
—¡Kim Taehyung! Tu maldito... —vocifera acortando la distancia—. ¿Qué carajos haces con mi hermano menor, enfermo mental?
De sus cristalinos ojos cafe los cuales son atacados por un pálido color rojo debido a la irritación, caen saladas y pesadas lágrimas que chocan contra el suelo para volverse un minúsculo charco. Aunque algunas son atrapadas por el dorso de su blanca mano, que las retira del rostro con furia. El niño a mi lado parece estar asustado, por lo que se esconde detrás de mí, asomándose de vez en cuando.
¿Qué se supone que hice ahora? Todo yo, siempre yo.
—Yo estaba haciendo mis cosas. Él vino a pedirme dinero y me siguió durante todo el camino. No puedo matarlo aquí, ¿o deberíamos probar suerte?
Los dientes de Jungkook se chocan de tal forma que parece que en cualquier momento se volverán pedazos minúsculos e irreparables. Malditos niños, por eso los odio. Ahora ya no tengo un niñato con el cual debo lidiar, sino dos. Para mi escasa fortuna, el lugar donde actualmente estamos no hay tanta gente. Eso sería un problema demasiado grande.
—¡No voy a creer ninguna de tus malditas excusas, bastardo!
—No necesito darte explicaciones, basura —una risa burlona proclamó la presencia de una sonrisa con la misma intención, que permanece dibujada sobre mis labios sin querer irse—. O bajas la voz o vas a tener que comprar flores para este mocoso —susurro cerca de él apuntando al niño con la mirada. Parece haber captado mi mensaje más que prefecto y haber decidido cerrar la maldita boca.
Jungkook no termina de darse cuenta que en una batalla entre yo y él, siempre voy a ganar.
—Hyung, vamos a casa. Tengo miedo —el niño rompió el tenso silencio entre ambos, robándose la atención de su hermano.
—Tú y yo vamos a hablar en casa, no puedo creer que te vayas como si nada con este loco. Ya te dije que no hables con desconocidos.
Vaya, ¿qué no hable con desconocidos? Que hipócrita.
—Bueno, de hablar con un desconocidos a follar con uno hay mucha diferencia, ¿no crees?
El niño ladea la cabeza con confusión. A su lado, Jungkook parece haber entrado en pánico, ni siquiera es capaz de hablar. Me parece comico. No lo negaré.
—Es decir, él solo quería comprarle flores por su cumpleaños, que por cierto son muy caras en este país, a la fracasada de tu madre nada más haciéndome un sencillísimo favor. Y tú, bueno, montas pollas toda la noche con gente que no has visto en tu vida, todos los días –prosigo desinteresado—. Él me haría el favor una vez, tú estas condenado a que te follen.
—Maldito... ¿cómo te atreves?—masculla apretando los puños. Esbozo una sonrisa floja, pero lo suficientemente burlona como para hacerle hervir la sangre—. ¿No me dijiste que él te siguió, desgraciado enfermo? Ahora te contradices, ¿verdad? Eres un maldito idiota
—¿Yo dije eso? Falacias. Siempre soy honesto. No ensucies mi nombre con algo así —replico ofendido—. Además, no digas palabras malsonantes. Tu mamá dice que solo los delincuentes las utilizan.
Supongo, que para fortuna de Jungkook el niño es tan estúpido que no tiene ni idea lo que hablámos. Mucho menos tomando en cuenta que parece estar volando en otro mundo. Apenas se entera qué carajos está pasando a su alrededor.
—El mocoso sólo quería dinero fácil, más o menos como tú —sonrío amablemente—. A este paso es probable que quiera seguir tu...profesión —continuo mirando a Jungkook de arriba a abajo. Es lo suficientemente listo como para entender el mensaje.
Me encanta hacerlo enojar, no debo ser juzgado o crucificado por tener un mínimo de diversión. Estoy joven, me lo merezco.
—¿Qué pasa, Jungkookie? —canturreo con un tono "desanimado"— ¿el niño no tiene ni idea lo que su hermano hace fuera de casa? —pregunto haciéndome el desentendido. Me tiene que pagar alguna de las que me ha hecho. Si la vida te da limones, exprímelos en los ojos de alguien.
—¡Cállate maldito, cállate!
—¿Qué? No es mi culpa. Entre hermanos no debe haber secretos, ya debería saber lo mucho que te gusta brincar sobre gente que no conoces.
Antes de siquiera tener el tiempo de reírme, el fuerte impacto de su mano se estrelló contra mi cara, borrando todo rastro de burla. Pese a lo que se podría creer, no, no me molesta. De hecho me encanta tener la oportunidad de hacerlo enfurecer hasta ese punto. Me excita, no voy a mentir.
—Te ves sexy molesto. ¿No te gustaría acompañarme a casa? —pregunto alzando una ceja, mientras una mezquina sonrisa se dibuja en mis labios como de costumbre—. No es nada nuevo para ti.
Jungkook toma la mano del niño con lágrimas cayendo de sus ojos. Su hermano lo mira algo triste, probablemente no entienda una mierda lo que está pasando, pero ver a su hermano en ese estado lo debe afectar. Parecen ser muy unidos.
—Pudrete Kim Taehyung. Si tuviera la oportunidad no tendrías tus malditos sesos intactos.
—Pero no la tienes, en cambio yo sí. Cierra la puta boca y lárgate de mi vista, me quitaste las ganas de follar y todo.
—Jodete, Kim.
—O te jodo a ti, Jeon. La segunda ya la tienes bastante controlada.
Jeon ni siquiera se molesta en seguir replicando lo que digo. Sostiene la mano de su hermano hermano con fuerza y simplemente aleja. Si, definitivamente sabe que no le conviene para nada retarme. No a mí.
Lanzo un largo suspiro rebuscando la mercancía en mis bolsillos para asegurarme que esta sana y salva, hasta caer en cuenta que no está. Como un loco vuelvo a buscar mil veces en los mismos sitios, pero nada. No hay nada.
Espera... el niño...
Oh no... ¡por un carajo, lo que faltaba!
☆
Epaaaaaa
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MR.V → [TK- 태국]
FanfictionEl hijo del más poderoso mafioso de Corea del Sur, Kim Taehyung, no tiene ni una pizca de compasión hacia ninguna de sus aterrorizadas víctimas. Jugar en el casino y humillar a los demás es una de las cosas que más le gusta; pero claro, limpiar su c...