Como era la costumbre de cada viernes por la noche, con un cielo plagado de estrellas y una gran Luna que de vez en cuando se escondía entre las apenas visibles nubes, Taehyung cruzó las grandes puertas de color cafe viéndose iluminado por las tenues y elegantes luces del casino, mientras la alfombra de un llamativo color rojo era marcada por las huellas de sus nuevos zapatos. La gente lo observó dejar cada vez ma lejos las puertas mientras su nuevo traje se volvía parte del centro de atención, siendo elogiado una y otra vez.
El mesero que rápidamente se dirigió hasta él al momento de enterarse de su presencia, le ofreció un vaso con whisky y 3 cubos de hielo, tirando hacia atrás de la silla de cuero negro en la que Taehyung acostumbraba a sentarse y nadie más podía hacerlo.
—Sea bienvenido, Mr.V. ¿Se le ofrece algo más? Un bocadillo quizás, puedo pedirlo por usted —preguntó el hombre de cabello escaso y canoso, sus ojos eran bastante pequeños y las arrugas en su rostro lo hacían ver concorde a su edad. Aún así, el señor tenía una imagen muy elegante y cuidada, Taehyung podía sentir su ligera fragancia en la habitación, se notaba desde lejos que era alguien de dinero.
Taehyung negó con la cabeza y tomó un cigarrillo de la cajetillaque estaba sobre la mesa. El hombre reaccionó rápidamente y sacó un encendedor de su bolsillo, ofreciendo a Taehyung encenderlo. El mejor accedió y con el cigarrillo siendo capturado por su labio inferior y superior, miró cuidadosamente la punta encenderse hasta sacar el humo con aquel característico olor.
—Gracias —dijo sin más, dando una segunda calada.
—Su pedido ya está aquí, joven —informó el hombre con una sonrisa, sus ojos se escondieron después de aquella acción, cosa que lo hacía lucir bastante amigable y ciertamente lo era.
Taehyung cruzó las piernas quitando parte de la ceniza del cigarro sobre el fino cenicero, seguidamente propiciando un pequeño, pero, raposo trago a la gélida bebida que le habían ofrecido al entrar. Un maletín negro se deslizó con ayuda de las grandes y blancas manos del señor que lo recibió al llegar al casino, y pronto, estas mismas manos, se encargaron de desabrocharlo y dejar a la vista lo que Taehyung esperaba con tantas ansias, y que en ese momento causó un intrigante brillo en sus oscuros orbes. Una brillante y única en el mundo revólver, grabada con perfectas y simétricas letras a un costado del cañón "Mr.V" deslumbró sus ojos provocándole emoción, otra más a su colección, pero sin duda la más especial y su favorita.
Dejó a un lado el gastado cigarro y sacó el arma de su antiguo lugar sosteniéndola con cuidado y delicadeza, admirando lo esplendida que era aquella maravillosa creación humana.
—Eres perfecta —se dirigió al objeto inanimado, acariciándola—. Tus balas recibirán tantos nombres que tengo pendientes, que soy incapaz de contarlos. Que extasiante sensación de emoción provocas en mí.
—El dinero llegó en perfectas condiciones y completo, joven, así que no se preocupe por ello.
Taehyung alzó la mirada en silencio.
—No recuerdo haberte preguntado —respondió tosco—. Yo sé que llego bien y completo, no soy idiota ni mediocre.
—Disculpe —el hombre hizo una reverencia—. Me retiro en este momento. Si necesita algo más, no olvide llamarme.
—Muy bien. Ve con cuidado a Australia, no querrás hallar algún insecto venenoso en tus calzoncillos.
El hombre rió ligeramente y agradeció al más joven por sus buenos deseos, retirándose del lugar una vez ya habla acabado su trabajo.
Taehyung sonrió con el arma en manos, llevaba esperando un largo tiempo por ella y por fin la tenía en manos, no esperaba el momento en el cual pudiera estrenarla, y eso le hacía preguntarse quién sería el primer privilegiado en manchar de su irrelevante sangre las balas de tan hermosa adquisición que cuidaría con amor como si se tratara de un hijo.
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MR.V → [TK- 태국]
FanficEl hijo del más poderoso mafioso de Corea del Sur, Kim Taehyung, no tiene ni una pizca de compasión hacia ninguna de sus aterrorizadas víctimas. Jugar en el casino y humillar a los demás es una de las cosas que más le gusta; pero claro, limpiar su c...