Escapemos

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Los rayos del recién levantado sol alumbraban los finos ventanales de una biblioteca con detalladas y hermosas decoraciones de madera, mas que nada los estantes que estaban cerca de aquellas ventanas, así haciendo que los libros que se encontraban bien protegidos por estos estantes saludacen a los calidos rayos del sol, los pájaros no se quedaban atras los cuales empezaron a entonar sus maravillosos cánticos, volando y siendo visibles por las ventanas bien cuidadas del castillo, dentro de esta biblioteca se encontraba una joven muchacha, Bolivia quien mientras esperaba a que su amado aparezca en la biblioteca, leía aquel libro que tantas preguntas le hizo formular, ese que según ella contenía tantas incuerencias, tantas cosas que no entendía o no podía llegar a comprender por lo extraño de aquellos relatos, de aquellas reglas, de aquel ser nunca dejaban de nombrar en cada página, pero al final termino abrumandose y dejando la lectura, esas últimas semanas se le había empezado a implementar que debía leer ese libro en las mañanas, poco a poco le querían meter ideas extrañas a la cabeza, aquello era llamado como una religión, un tipo de creencia que parecía sagrada para su supuesto padre, esas creencias no eran para nada parecidas a las cuales ella tenía, creencias que se suponían que eran retrógradas y poco ortodoxas o así lo veía el rey de aquel castillo

Bolivia suspiro aburrida, apoyo su codo en la mesa donde se encontraba sentada y apoyó delicadamente su mejilla en su mano, miraba a la nada, aunque sus ojos parecían mirar directamente a una ventana, cualquiera que la viese podría pensar que estaba pensando en su libertad como de costumbre, pero esa mañana no era así, decidió dejar descansar a su mente y corazón por un rato, tener otro momento de paz, sentía que lo necesitaría que necesitaría aquel momento de calma para más adelante, como si de alguna forma desesperada su mente buscará recolectar memorias reconfortantes para recordar en un futuro cercano

Mientras seguía en su transe no noto la llegada de su tutor, el cual se acercó con cautela a la joven princesa, traía un ramo de bellas flores en sus manos y en forma de sorprenderla las puso en frente de su vista, Bolivia por la sorpresa dio un pequeño brinco poco notorio, salió de sus sueños y miró el ramo que tenía en frente así haciendo aparecer una hermosa sonrisa en su rostro mientras que sus ojos se llenaron de brillo por tan lindo detalle

Tomo el ramo con felicidad mientras sentía como una de sus mejillas era besada con cariño

---: buenos días mi hermosa flor, que tal amanecio hoy?

Bolivia no entendía porque tan repentino regalo y más que nada esa muestra de afecto desvergonzado, normalmente su tutor trataba de demostrarlo en lugares donde se asegurase que nadie los vería, donde no podrían ser descubiertos, parecía feliz, más de lo común y esa felicidad, ese descuido le costaría demasiado caro

Bolivia: sucedió algo? Porque tan feliz

---: nada en especial, solo amanecí muy entusiasmado

Mintió aquel joven tutor, mientras se apoyo levemente en la mesa, mirando a la joven en frente suyo con ojos de enamorado, Bolivia solo soltó una pequeña risa

Bolivia: je bueno, aun así deberíamos empezar la clase y actuar normal, no será que mi padre venga y nos vea

La muchacha dejo las flores a un lado, tomó el libro que dejó a un lado hace un momento, se levantó y se dirigió a un estante con intensiones de guardarlo, mientras que su acompañante solo la seguía con la mirada, parecía maravillado con cada cosa que hacía la boliviana, su emoción era tal que ya no podía actuar coherentemente

Pero decidió concentrarse y empezar con la clase de ese día como de costumbre, la mañana transcurrió con relativa normalidad, aunque parecía que al joven chico le inquietaba algo

Calla, Complace y...Vuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora