Quiero que me respondan está simple pregunta que les voy a hacer...¿¡A quién mierda se le ocurre hacer una fiesta un Domingo!?
No creo que sea necesario decir que nunca estoy de buen humor los Lunes, y ahora esto. Una resaca importante.
Y eso que prometí no tomar.
Estúpido Flanders.
Me levantó a duras penas y me dirigió hacia mí baño. Oh sí bitches, tengo mi propio baño. Luego de hacer mis necesidades y limpiarme el maquillaje de ayer a la noche, tomó una aspirina y me voy directo a mi armario.
Mi ropa.
No ésta.
¿Dónde mierda se encuentra toda mi ropa?
-¡BENJAAAAAAAAA!- de seguro mi grito se escucho hasta China, bien yo.
Un alocado, somnoliento y alterado Benjamín apareció en bóxer en el marco de mi puerta.
Aww, son de ositos.
Su cosa se paro.
Woow, paren el mundo. ¿se paro?
-¿¡QUÉ COÑOS PASA ACÁ, DÓNDE ESTÁ EL INTRUSO!?- no creo que se haya despertado del todo bien- DECIME, DALE QUE LO MATO.
Mi rostro no expresaba ninguna expresión. Benjamín recorría toda mi recámara y revisaba debajo de todos los muebles, incluyendo los posters de Demi Lovato.
Oh Dios, dile que paré.
Por arte de magia o sólo casualidad, el bicho raro de mi hermano se detuvo y me miro fijamente a los ojos.
-Te recomiendo que te cubras, no ayuda en lo absoluto con mi búsqueda de intrusos- al escuchar estas palabras mí vista bajo rápidamente hacía mi cuerpo. Mi pijama consistía en un diminuto short y una blusa de tirantes blanca, algo transparente.Mi cara se sonrojo salvaje mente al recordar su erección y que probablemente fuese por mí- ¿ya te diste cuenta que estás casi desnuda?
Que exagerado. Pensé.
-Que exagerado, estoy vestida, si no se me ve nada ¿o sí?- dije dando una vuelta sobre mis pies que hizo que mi short se levantara un poco.
-Te he visto la tanga, ya cubrete. Además, no hay ningún intruso ¿por qué gritas?- su tono de voz era nervioso y no supe porque hasta que miré hacía abajo, ya capté todo. Me fue muy difícil retener una carcajada, pero aún así lo hice.
-Mi ropa no está.
-Oh sí, toda tu ropa está en la lavandería, ordenes de mamá-lo dijo tan tranquilo que mis ganas de matarlo crecían a medida que pronunciaba cada palabra- de seguro quedó algo allí.
Sin más que decir sé fue.
Me dirigí nuevamente a mi armario y lo único que encontré fue un camisa a cuadros y mi gorra. Lo pensé una y mil veces y finalmente me lo puse.
¿Siempre es bueno marcar tendencia, no?
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Una vez ya puesto mi traje, bajé a la cocina y me serví el desayuno. No había nadie en casa, ni mi nana Jazmín ni Benjamín. Me dejaron. Los odio.
Desayune rápidamente y camine tranquilamente hacia el instituto, todavía faltaba media hora para entrar, así que me dispuse a caminar en silencio.
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Al llegar, los comentarios fueron agobiantes, algunos fueron buenos y otros simplemente fueron burlas.
No debe ser cosa de todos los días ver a una chica de pijama ¿no? .
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Cientos de "te quiero"
Novela JuvenilNo lo encontraba. Busque, grité y corrí y no hubo rastros de él. Se me iba la voz, pero aún así, Trent no aparecía. Cada día qué pasa se me hace más difícil, fue mi culpa, lo sé. Necesito encontrarlo. Aún nos quedan cientos de "te quiero" por deci...