𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄━ 𝘊𝘩𝘢𝘴𝘦 𝘋𝘢𝘷𝘦𝘯𝘱𝘰𝘳𝘵

▸𝖯𝗋𝗈́𝗅𝗈𝗀𝗈

⌁EL COMIENZO ⌁

ELLA MIRABA CAUTELOSAMENTE AQUEL HOMBRE QUE CAMINABA MUY ALEGREMENTE mientras tarareaba una canción qué él mismo seguro compuso. Tenía que hacerlo, necesitaba hablar con él.

—Soy fabuloso, si soy fabuloso–tuvo que caminar adónde él seguía cantando.

—¿Usted es el Sr. Davenport?–le preguntó con timidez, el hombre se sobresaltó dando un grito y poniendo sus manos en modo combate. Ella se hizo hacia atrás cuando miró la pose de defensa que hizo.

Él suspiró aliviado y sonrió—Eh si, claro. Soy Donald Davenport. Aunque eso todo el mundo lo sabe–agregó notándose el egocentrismo.

—Escuche, sé que usted tiene una isla donde tienen a los chicos biónicos y les enseñan, yo igual quisiera poder entrenar...

—¿Eres biónica también?–le preguntó alzando sus dos cejas con sorpresa. Pero la chica negó–. Oh lo siento, pero esa escuela es para gente con poderes–quiso alejarse cuando unos pequeños rayos de electricidad empezaron a salir de las manos de la chica–. ¿Pero que?

—No soy biónica, pero si tengo poderes. Porque soy un hada del aire, y necesito ayuda para controlar mis poderes–dijo a la par que detenía los pequeños rayos de sus manos.

Donald Davenport aún seguía paralizado, jamás había visto a alguien que diga que es un hada. Tiene estudiantes e hijos biónicos, incluso conoció a los superhéroes no hace mucho, y también está el tema de los androides.

—Vine con usted porque sé que puede ayudarme. Por favor–le imploró teniendo el brillo en sus ojos advirtiéndole a Donald que estaba a punto de llorar.

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Entró al subterráneo. Donde se han estado escondiendo. La chica miró hacia el hombre que hablaba con dos de sus hermanos, se acercó a ellos para infórmale lo de esta tarde.

—No queremos errores, ¡me oyeron!–gritó cerca de la cara de sus hermanos.

—Padre–la voz de ella sonó llamando la atención de los presentes–. Está hecho. Davenport me unirá a su equipo de héroes que tiene planeado, en unos meses.

Oír eso hizo que el mayor sonriera complacido—Esto es perfecto, pronto iremos por todos los superhéroes qué hay en la tierra, y acabaremos con todos ellos. Corregiremos las cosas, ustedes y yo les causaremos dolor–señaló a los dos chicos que tenia enfrente para después señalar a la recién llegada–. Pero tú, los harás pedazos.

Beatrix se quitó el gorro de la capa que llevaba puesto, y sin mirar a su padre adoptivo respondió— Será un honor, padre.