【𝖳𝖱𝖤𝖨𝖭𝖳𝖠 𝖸 𝖢𝖴𝖠𝖳𝖱𝖮】

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▸ Capítulo treinta y cuatro ꧁DARCY E ISOBEL꧂

CUANDO BEATRIX Y CHASE SALIERON DE CASA, Miranda le propuso a Annabeth jugar un rato con las cartas que había traído

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CUANDO BEATRIX Y CHASE SALIERON DE CASA, Miranda le propuso a Annabeth jugar un rato con las cartas que había traído. Así que ambas se encontraban sentadas frente a frente donde lo único que se interponía entre ellas era la mesa.

—¿Desde cuando tienes a Dolly?–habló la hibrida para romper el hielo. Miranda colocó una carta sobre la mesa y respondió.

—No hace mucho, Beatrix me lo entregó para que lo cuidara.

—¿Mi ma-prima?–enseguida trató de corregirse, esperó que la morena no haya sospechado y tal vez funcionó ya que le hizo ahora ella una pregunta.

—¿Qué más te gusta hacer?

—Adoro el álgebra, soy buena en la escuela. Con eso no hay problema–contestó con una sonrisa.

—Vaya, jamás había escuchado a nadie a tu edad decir que ama el álgebra–rió entre dientes. Annabeth tomó dos cartas más.

—No es por presumir, pero soy la mejor de toda la escuela–aclaró con orgullo.

Y antes de que siguieran platicando. Dolly empezó a ladrar mirando hacia la terraza, Annabeth fue la primera en voltear al saber que algo no estaba bien. Miranda igual se levantó de la silla.

De un momento la luz se apagó y al encenderse se mostró al brujo detrás del sofá. Miranda de inmediato se alteró intentó tomar su teléfono pero Alec hizo que saliera de sus manos.

—Miranda, hola. Nos volvemos a encontrar–dijo él con una gran sonrisa.

—¿Que es lo que quieres? Beatrix no está, mejor lárgate–sentenció con la voz temblorosa. Alec soltó la carcajada.

—Ay, linda. No estoy aquí por ella–negó con la cabeza–. Vine por la pequeña que tienes en frente–señaló a Annabeth. Miranda frunció el ceño y la hibrida entendió.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄━  𝘊𝘩𝘢𝘴𝘦 𝘋𝘢𝘷𝘦𝘯𝘱𝘰𝘳𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora