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•NEVERMIND•

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Lo que más echo de menos es tu sonrisa, tu risa tan sonora, tus delicadas y sensibles manos a pesar de jugar en un deporte tan torpe, tus caricias, tus besos... Echo de menos tantas cosas, que parece que nos conocemos de toda la vida, que llevamos desde pequeños enamorados, pero es exactamente lo contrario, es un sutil cuento de hadas, un sueño demasiado corto, una poesía sin  acabar, lo nuestro duró muy poco tiempo.

(...)

"10 años después"

(...)

- Apágalo - le ruego al barman del restaurante, mientras me sirve lo de siempre.

- No puedo y lo sabes - se apoya en la barra señalando con la cabeza a los aficionados.

Eiji, el barman, me conoce desde que empecé a trabajar, siempre vengo para hacerle compañía, o más bien, para que él me la haga a mi. Donde está situado el bar, lo más común es ver a aficionados, así que me es imposible no ver algún que otro partido - cóbrame - se lo pido para poder ir me a casa.

- ¿Seguro? - asiento la cabeza y se retira de la barra para poder traerme la cuenta.

Me obligo a escuchar la voz de mi compañera sin mirar la pantalla "El nuevo jugador de la selección japonesa: Meguru Bachira" giro tan rápido la cabeza que me mareo, pero eso no me evita ver como el cámara de Ai enfoca al teñido tan sonriente como siempre.

(...)

Tras los años, la dificultad se aumenta, se añaden más problemas y disfrutar de la vida cuesta.

El instinto de supervivencia es aquel que tiene el vividor, el que quiere seguir con su vida, con su sueño, con su pasión, con su amor...

A unos les basta con sobrevivir y a otros con superarse, pero al fin y al cabo desde pequeños buscamos lo mismo: ser felices.

(...)

"10 años antes"

(...)

"Una vez más" "Una vez más" "Una vez más" repetimos varias veces el ejercicio, hasta que me harté y por fin se la quite.

- Oye Bachira - le digo tras a vérselo robado - Este es tu futuro ¿no?

- ¿A qué te refieres?

- A que nos estamos "arriesgando la vida" por eso, tú te la arriesgas por el futbol ¿no? - noto como se acerca más a mi, mirándome fijamente sin dejar de moverse hacia delante.

- Claro, vivo para el futbol - sonríe. Tan bonitos sentimientos me transmitían esa sonrisa, que me hacía olvidar lo demás, los problemas, la eliminación, el futuro - ¿Y tú? 

Estaba tan cerca de mi que podía sentir su respiración, me ponía tan nerviosa tenerlo delante que no podía parar de sonreír, era tan bonito lo que sentía por él que perfectamente podría arruinar mi vida solo por estar así siempre.

Intento articular un monosílabo, pero no me sale, así que solo asiento la cabeza.

- Si ¿qué? - la voz de Meguru se torno ronca y más grave, sus manos se comenzaron a posar en mis caderas, su nariz rozaba mi mejilla, y sus palabras traspasaban mis oídos, no prestaba atención a nada, no sabía que me estaba diciendo, solo sabia que quería besarlo; sus labios rozaron mi cuello causándome un cosquilleo. Involuntariamente mis manos comenzaron a subir por su cuello, acercándole más a mis labios...

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