11) Me gustas

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Robot en Pijama se encontraba ya frente a los controles de la computadora del cuartel, y en él estaba intentando buscar la localización de los Lobeznos. Catboy, Ululette y Gekko se encontraban detrás de él mirando como es que las pantallas cambiaban una y otra vez hasta poder localizarlos. Catboy y Ululette se miraron de reojo, y casi hicieron el intento de tomarse de las manos, pero al ver a Gekko, que estaba un paso delante de ellos mirando las pantallas con más detenimiento, decidieron no hacerlo, pero sí asintieron con la cabeza y se sonrieron mutuamente.


De pronto, todos vieron como una de las pantallas se hacía más grande y quedaba frente a todos ellos, mostrando en ella la localización de los tres traviesos niños lobos.

- ¡Están en el campo de fútbol! – exclamó Catboy, reconociendo el lugar que rodeaba a los tres lobeznos


Alrededor de ellos se encontraba una piñata más, una bastante grande y con forma de un cerdito, pero rota desde la parte de la panza, junto a varios envoltorios de golosinas repartidos por el césped.

- ¡Debemos detenerlos! – exclamó Ululette - ¡Vamos en el Gato-móvil!


Catboy asintió con la cabeza, provocando que los tres pequeños héroes se dirigieran corriendo hacia sus respectivos elevadores para dirigirse al vehículo del héroe felino.


A continuación, los tres héroes, ya arriba del Gato-móvil, y recorriendo las calles de la ciudad en dirección al campo de fútbol, iban en silencio, Catboy y Ululette aún iban con ese sentimiento de culpa por haber entendido que hicieron sentir mal a Gekko, mientras que Gekko iba en silencio por estar aún pensando sobre lo que pasaba por su cabeza, pero al mismo tiempo sentía una enorme emoción por pensar en que en un instante muy corto volvería a estar frente a Rip. Sin embargo, aún debía estar seguro sobre que sentía por ella, tal vez ella no sentía nada y el cariño que le mostraba era para poder agradecerle el apoyo que le había dado en esos momentos difíciles, y tal vez ella se encontraría pensando muy distinto y lo seguía viendo como uno de los enemigos que le echaban a perder su diversión.


Mientras tanto, en esos momentos, los Lobeznos seguían regodeándose de golosinas y chocolates que habían encontrado en esas piñatas.

- Muchachos – había preguntado de pronto Kevin – ¿No les parece extraño que en tan pocos días haya tantos cumpleaños en esta ciudad?

- Eso es culpa de los que eligieron estar de cumpleaños los mismos días – le había respondido Howler – nosotros sólo aprovechamos la situación


Sin embargo, luego de tantos días solo alimentándose de golosinas ya les estaba pasando la cuenta a ellos, y esa noche, en el campo de fútbol, ya apenas se sentían con deseos de seguir comiendo más golosinas.

- Ya no se me hacen tan apetitosas – había comentado Howler luego de tragarse otro puñado de gomitas

- A mí tampoco – le había respondido Kevin – siento que ya no puedo comer otro chocolate más


Y le dio una mordida más al que tenía en su mano.


Rip, en tanto, no sentía lo mismo. Luego de la lección que le había dicho Gekko durante el tiempo juntos atrapados en la caverna había empezado a medirse más con el tema de las golosinas, y durante esos días había comido tan solo una mínima cantidad de las golosinas que encontraban, Howler de vez en cuando la miraba con cierta sospecha cuando solo los miraba o se encontraba pensativa, y ahí, para evitar sospechas, era que comía alguna de las golosinas que había cerca de ella o que tenía guardados en sus bolsillos, pero para ese momento, en el centro del campo de fútbol, era la única que no se sentía hostigada de comer tantas golosinas.

PJ Masks: Un amor imposible, Gekko x RipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora