Décima nota

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Para mucha gente, el deprimirse profundamente a causa de un amor no correspondido puede parecer demasiado patético.

¿Quién podría darle tanta importancia a algo que nunca se dio?

Bueno, cuando amas con todo tu ser a una persona, es un sentimiento sumamente maravilloso, pues todo tu mundo se reduce a un par de ojos y tu corazón se enajena hasta el fondo.

Si eres correspondido, es un glorioso triunfo que quisieras atesorar toda la vida.

Sin embargo, cuando esa persona a la que adora te deja sin una sola esperanza de corresponderte y comienzas a ver cómo le da su amor a alguien más, el mundo que había imaginado a su lado se viene abajo.

Tú te vienes abajo.

Tus ojos se llenarán de lágrimas por culpa de aquellos que nunca te mirarán.

Tu corazón enajenado desborda tristeza gracias a aquel que nunca laterá por ti.

Y tu alma se rompe lentamente entre impotencia y soledad.

Impotencia, porque sabes que no puedes cambiar los sentimientos de otra persona a tu capricho, debes quedarte mirando sin poder perturbar.

Y soledad, porque, aunque haya alguien a tu lado intentando ayudarte, tú sólo logras ver al único ser que no estás contigo. Te sientes inmensamente solo, aunque no lo estés.

Así que sí, es bastante posible darle extrema importancia a una relación que jamás se dio ni se dar.

Porque la persona que más amas, es la que más te destruye.

Por esto es que Nanon está tan roto, aún más ahora.

Su amor por Ohm fue tan enorme que no cupo en su pecho, lo quiso sacar para entregárselo completamente, y fue rechazado y obligado a contenerlo sin opción.

Él se quedó con el fantasma de un beso pasajero y miles de recuerdos en la mente, preguntándose todos los días por qué ese bonito pelinegro de ojos brillantes como la galaxia no lo ama. Pensando qué pudo haber hecho mal para no ser merecedor del cariño que desea, y odiando a su propia alma por no poder borrar ese nombre de cada parte suya.

¿Qué clase de karma estaría pagando? Nadie merece que un amor le esté costando la vida.



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Ohm, ésta será la última vez que te escribiré.

Y no, no pienses que es porque logré olvidarte, más bien es, por lo contrario.

No conseguirte de mí estúpido corazón, y seguir redactando cosas que nunca leerás no me ayuda como llegué a creer.

Pero, antes de guardar este diario, te repetiré una vez más todo lo que siento por ti.

Ohm, tú fuiste la primera persona que me trató como ser humano cuando llegué a Bangkok. Si bien recuerdas, nadie me dirigía ni siquiera la palabra, y todos se dedicaban a encontrar una nueva forma de molestarme cada día. Tú apareciste un día de invierno, con tu sonrisa abierta y un cálido saludo que me devolvió las ganas de asistir a diario.

Conforme pasaba el tiempo, me ibas demostrando el tamaño que poseía tu corazón, al defenderme de prácticamente todos.

Me llenó de felicidad el ver que ya no estaba solo, que te tenía a ti.

Heather || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora