4. Buscando a Nemo.

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Al día siguiente Maxi/Calle caminaba por el pasillo de la escuela, cuando vi a Poche y Mario platicando, se veían contentos. Mario la abrazó y se fue a clases. Maxi/Calle no pudo evitar sentir celos, no sabía si Poche seguía con él. A pesar de saber que la morena estaba enamorada de ella, en realidad, no podía hacer nada porque ya no era Calle. –*Tengo que conquistarla... voy a conquistarla* -pensó. No se iba a rendir con Poche. Haría que se enamorara de quien era ahora, era su única opción. Tenía que tratar de recuperar un poco de su antigua vida.

Caminó hacia Poche. –Hola Majo –la saludó, sonriendo. La morena reconoció la voz y en seguida se puso nerviosa y feliz. No entendía que le pasaba. Volteó a verlo. –Hola Maxi –contestó. -¿Te molesta que te diga Majo? –le preguntó con una dulce mirada. –No, claro que no. Mis amigos me dicen asi aveces. –respondió la morena. –Me da gusto saber que me consideras un amigo. –dijo, con una sonrisa. -Dame, te ayudo –dijo, mientras agarraba los pesados libros de la morena. –Gracias –dijo Poche, sin poder evitar pensar que ese chico era un caballero; justo como Calle solía ser, cuando la veía cargando muchos libros.

Maxi/Calle la acompañó hasta su salón. –Que tengas un buen día Majo. Nos vemos en la clase de Glee. –se despidió el muchacho. –Gracias. Tú igual. Nos vemos y gracias por cargar mis libros. –le sonrió la morena. –No hay problema.

Poche entró a su salón y tomó asiento. Dio un enorme suspiro, para caer en cuenta de que no le había preguntado al muchacho como supo donde vivía. Su mágica presencia había hecho que se olvidara de preguntarle. Ya le preguntaría luego.

Llegó la hora de Glee club. Maxi/Calle estaba platicando con Laura y Evaluna; después de Poche, ellas habían sido sus amigas más cercanas. Las extrañaba y quería saber de sus vidas. –Así que ustedes son novias ¿eh? –preguntó, actuando como si no supiera. –Así es muchachón –respondió Laura. –Eso es genial –comentó el Maxi con entusiasmo. –Agg, típico hombre tenías que ser –comentó la latina, rodando los ojos. –No, no lo digo por eso. Quise decir que hacen una linda pareja –aclaró Maxi, sabiendo a lo que Laura se refería. –Que tierno. Gracias –dijo Evaluna. -¿Tú, de dónde eres Maxi? –preguntó la morena. –Nací en San Francisco, pero crecí en todas partes –mintió. –Vaya, que interesante –dijo emocionada la morena. –Sí, muy interesante –comentó con sarcasmo Laura. La latina no sabía porque pero, aunque lo negara, el chico le estaba cayendo bien.

Poche llegó al salón y en cuanto vio al chico, sonrió. *Esto tiene que parar. ¿Qué sucede contigo Poche?*. Se fue a sentar. Maxi/Calle enseguida se disculpó con Laura y Evaluna y se fue a sentar junto a la morena. –Hola guapa –saludó el chico. Poche quedó pálida por un segundo. -¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? –interrogó preocupado, Maxi/Calle. –No, es sólo que... podrías no decirme así –pidió con dulzura. –Claro. Lo siento Majo, sólo fue un saludo, no quería incomodarte –se disculpó con ella. –No es tu culpa... es de ella –murmuró esto último, pero Maxi/Calle lo escuchó. – ¿De ella? No entiendo. –dijo algo confundido. –De Calle –aclaró Majo y el chico tragó saliva porque entendió lo que pasaba. –Ella siempre me saludaba así. Ya sé, ya sé estoy loca, pero no puedo evitarlo. – Maxi/Calle puso sus dedos en la barbilla de Majo y la hizo mirarlo. –Ya te lo dije Majo, no estás loca. Y cualquier cosa que haga que te incomode, sólo dímelo, como ahora. ¿De acuerdo? –dijo, mientras la miraba tierna, pero intensamente. –De acuerdo. –contestó Poche, sintiéndose perdida en esos ojos que le estaban empezando a gustar tanto. Al mirarlos se sentía como en casa.

Mario llegó al salón y saludó a Poche con la cabeza y ésta le devolvió el saludo con la mano, sonriéndole. –Am, no quiero ser chismoso, pero en la mañana te vi abrazando a ese chico. ¿Es tu novio? –preguntó, no queriendo, en realidad, escuchar la respuesta. –Lo fue. Ahora somos amigos, muy buenos amigos. Él es un buen chico. –le dijo la morena. –Ah ok –dijo aliviado –Estoy soltera –soltó Poche rápido, sin necesidad y hasta con un poco de coqueteo en su voz. Sin poder creérselo ella misma -¿Sí? Pues yo también –comentó Maxi/Calle, siguiendo el juego.

Aún en la muerte, te amare (Adaptación Cache)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora