Aún en la muerte, te amare (Adaptación Cache)

11. Gardenias.

Llegó el sábado. Calle estaba súper nervioso, no sabía que podría pasar en la cita. No tenía idea de que ponerse, no tenía mucha experiencia en como un chico se viste para una cita. Al final, se puso una ropa casual pero elegante; se veía muy guapo.

Poché no estaba mejor, no podía evitar sentirse nerviosa también. No entendía porque si Maxi no le gustaba, se ponía tan ansiosa por una cita con él. Se probó varias prendas de ropa y no se decidía por ninguna. Al final, optó por dejarlo a la suerte. Escogió sus cuatros vestidos favoritos, los que más le gustaban, con lo que más cómoda se sentía, y con los que mejor se veía. Los colocó sobre la cama y decidió la prenda final con base en un De Tin Marín De Don Pingüe. El ganador fue un vestido azul marino muy lindo. Su maquillaje era relajado y natural, y su cabello lo llevaba suelto, en ondas.

A las 7:57 Calle estaba llegando a la casa de Poché. Bajó del auto, respiró profundo y tocó el timbre. Martha, la madre de Poché le abrió. –Hola Maxi ¿cómo estás? Adelante, pasa –le saludó la señora –Buenas noches Martha. –Los padres de Poché ya conocían bien al muchacho y tenían buena relación con él. Calle entró a la casa y pasó a la sala, donde Juan Carlos también lo saludo. –Poché bajará en un minuto –dijo Juan Carlos –Gracias –contestó el chico, sonriendo para sus adentros, pues sabía que aunque Poché exigía puntualidad, ella siempre tardaba 10 minutos más de la hora pactada. Calle estaba acostumbrada, pues siempre que salían a algún lado a pasear juntas, antes del accidente, Calle pasaba a buscar a Poché, así sucedía. Pero a Calle no le importaba esperar, no le molestaba en lo absoluto. Sabía que la espera valía la pena, pues aunque Poché vistiera gracioso, con suéteres de animales, para ir a la escuela, cuando se trataba de salir a cenar, bailar, etc. ella siempre se esmeraba en su aspecto, y siempre lograba vestirse linda y sexy. A Calle le fascinaba verla toda arreglada, porque aunque la Poché colegiala era su favorita, también amaba ese lado sensual de la morena.

Calle platicaba con los Garzon de cosas banales -Y ¿cómo está Mafe? –le preguntaron –Muy bien. Gracias –contestó. Su conversación se vio interrumpida cuando Poché comenzó a bajar. Calle se acercó al final de las escaleras. Se quedó quieto, observando cada detalle de la morena, quien se veía hermosa. El corazón del chico latía a prisa y sus ojos brillaban. -*Es tan hermosa* -pensó. Poché le sonrió –Hola –Hola –contestó con dificultad Calle. –Estás bellísima Poché. Enserio, sin exagerar, eres la mujer más hermosa que haya visto *eso es algo que siempre te quise decir* -Poché se sonrojó un poco –Gracias. Tú te ves muy igual *este chico sí que sabe que decirle a una mujer* -Toma –dijo Calle, dándole a la morena un pequeño ramo de flores, que había tenido escondido tras su espalda. Cuando Poché vio las flores, quedó pálida.

[[Flashback]]

-Poché, ¿por qué lo niegas? Lo sé todo –le decía Calle a la morena –No sé de que me hablas –negaba la morena, haciéndose la desentendida –Tú le dijiste que regalarme –acusaba la chica –bien, bien yo sé lo dije –confesó Poché.

Antes de salir del closet, Calle salió con un par de chicos, nada serio, pero fueron buenos muchachos a los que llegó a apreciar mucho. Iba a ser su aniversario de un mes con el chico que salía en ese momento y el chico no sabía que darle, así que éste recurrió a Poché. –Ayúdame, ¿qué puedo darle? –La morena sabía que un mes no era gran cosa y aparte a Calle le gustaban las cosas simples, así que supuso que flores sería una buena idea. Rápidamente pensó en alguna flor bonita, que no fuera la típica rosa. -¡Gardenias! –Fue lo que salió de su boca, pues eran sus favoritas –Regálale un ramo de Gardenias, con adornos en verdes que hagan juegos con sus ojos y escríbele una nota poética, haciendo una metáfora de sus ojos con el color verde. Aunque claro, sus ojos no son verdes, son avellana, pero bueno –comenzó a divagar la pequeña mujer –Gracias, gracias –la cortó el chico, porque sabía que Poché Garzon nunca se callaba.

El muchacho terminó dándole el regalo sugerido a Calle, con una nota que decía: Lo verde realza la belleza de la flor, como tus ojos realzan tu belleza, amor. A Calle le encantó el regalo, creyó que era un detalle de lo más lindo. Pero al pobre chico, se le escapó que Poché le había dado la idea; Calle no podía creerlo y le gustó aún más el regalo.

-Bien, bien yo sé lo dije –confesó Poché. Calle sonrió enormemente –Muchas gracias Poché, enserio que me gustó el regalo ¿cómo pensaste en las gardenias? –Cuestionó la chica –Son mis favoritas –le contestó la morena –Oh *nota mental, las flores favoritas de Poché son las gardenias* Que bien –ambas sonrieron.

[fin flashback]..

Cuando Poché vio las flores, quedó pálida. Calle sabía que era un riesgo haberle llevado esas flores, pero lo había prometido a su madre hacer todo lo posible para que Poché se diera cuenta de que él era Calle. -¿Poché? ¿Pasa algo? –La morena logró reaccionar. Le había prometido a Mafe poner de su parte, aparte en el fondo sabía que la mujer tenía razón, no era saludable deprimirse por cada cosa que le recordara a Calle –No, no. Todo bien –logró regalarle una sonrisa –Es sólo que me sorprendiste. Las gardenias son mis favoritas ¿sabes? –*Claro que lo sé pequeña* ¿Enserio? Pues que bien. Me da gusto que te haya gustado el detalle. –comentó el chico. No sabía si era bueno o malo que Poché no hubiera hecho comentario alguno sobre las flores y Calle. -¿Nos vamos? –Preguntó la morena -Claro –Contestó el chico, dándole el brazo para que Poché se le uniera.

Caminaron hacia la puerta –Ya nos vamos papis –avisó Poché–Bien, cuídense –contestó Martha –Maxi, ya sabes, queremos a nuestra hija de vuelta a la una y media –agregó Juan Carlos –Sí señor –Poché y Calle salieron de la casa. –Me cae bien ese muchacho –comentó Martha –A mí también –respondió Juan Carlos –Pero... –se voltearon a ver –No es Calle –completó Martha la frase de su esposo –No es Calle –confirmó Juan Carlos.