05| El rosa es tu color ✔️

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Oriana.

—Evi, Sam. Mi novia.

Las palabras se repetían una y otra vez, es casi como si la historia se repitiera y me golpeara con un bate de béisbol a la cara. ¿Enserio pensé que estaría soltero? Oliver ya era increíble antes, ahora seguía siendo increíble y con un cuerpo y rostro bien proporcionado. Era simplemente un sueño húmedo digno de vivirse en las oscuridades de una habitación.

Así que obviamente no estaría solo. ¿Y ella? Era de esas chicas que se pondrían en nómina de actrices por sus caras irrealmente hermosas. Cabello lacio, ojos negros, piel morena y figura estrecha. Yo tenía en cambio unas libritas por aquí y por allá, una piel blanquecina en exceso y una maraña de color rosada.

Sam, mi novia. Dios.

—¿Enserio tiene novia? —cuestionó Mia pasándome la bandeja de bagels.

—Sí, y es hermosa.

—¿Samantha Becker? —cuestionó Luke al otro lado—Pues sí, tiene lo suyo.

—¡Oye!

—Tú eres mucho más hermosa amor. —Mia le lanzó un besito a la mejilla.

—Te amo—rodé los ojos.

—Son lindos, pero enserio tienen que parar. Un día es algo soportable, pero ya con algunas semanas los ojos empiezan a arder.

—La envidia es venérea sabes, de todas formas me lo pensaré antes de venir ayudarte otra vez en la cafetería—entrecerré los ojos.

Hace días había acordado con la abuela venir ayudarla cuando pudiera en la cafetería y así lo he estado haciendo hasta hoy aunque se siga negando. Me gusta sentirme útil y esta es una gran forma de hacerlo, claro que arrastré a Mia y a Luke hacia aquí.

—Si hubiese sabido que tenía novia ni siquiera te insto para que lo saludes—Mia suspiró.

—No es tu culpa, además fue mejor que no me hiciera ideas. Oliver fue únicamente mi mejor amigo y yo quise hacerme ideas antes de irme, eso no tenía por qué cambiar ahora.

—Oh, Dios que digas eso es suficiente para ver lo ciega que estabas—me riñó—¿Acaso no hay visión detrás de esas pupilas verdosas?

Me trasladé hacia el mostrador.

—¿De qué hablas?

—Oliver siempre estuvo enamorado de ti. Todos lo veíamos. —me detuve para mirarla.

—No puedes hablar enserio—asintió.

—Sí, lo hago. Lo que pasa es que él era muy cobarde para admitirlo y tu muy tonta para verlo.

—Oye—se encogió de hombros—No creo que sepas de lo que estás hablando.

—Si quieres, pregúntale a Arzen. Él me lo decía todo el tiempo.

Hice una pausa en lo que estaba haciendo. Sí era cierto lo que Mia decía y Arzen lo sabía eso sería muy extraño, refiriéndome al historial que teníamos. Aunque también tendría sentido que no me lo dijera. Oliver siempre se burló de él, por ser débil y sobre todo escuálido. Arzen nunca se estaba quieto en un lugar.

In Search of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora