Lo hice por amor ⟦ ¿Luckity? ⟧

CAPÍTULO CUATRO - RESIGNACIÓN

El menor llevaba varios días dentro del hospital, había recibido muchas visitas, tanto de sus compañeros como de gente del pueblo, pero este no había querido recibir a ninguno. No quería que lo vieran en ese estado tan deplorable.

-Si sigue así...- habló el doctor mentiras curaba sus heridas. -Tardaras mas en irte, joven héroe...- el menor suspiro. -Al despertar estabas ansioso por salir y ahora ya es todo lo contrario... ¿Seguro que esta bien?-

El menor solo asintió. -"Si supiera que lo único que quiero en este momento es morir..."- Antes estaba pensando seriamente en vengarse de Luzu, pero ¿Esto cambiaría verdaderamente algo? Soltó un gran suspiro cuando el doctor se retiró de la sala. -"¿De verdad quiero vengarme de él?..."-

En los primeros días de recuperación Quackity estaba dando todo de él, para salir lo antes posible y planear su venganza, pero a medida que pasaban los días, su furia lentamente se iba apagando y se estaba convirtiendo en suma tristeza. Ahora apenas si comía y buscaba cualquier cosa para hacerse daño, estaba claro que no quería salir del hospital y mucho menos ver al mayor.

No le importaba tanto haber perdido la presidencia, lo que más le dolía es que su gran amor le haya traicionado así. Comenzaron a brotar lágrimas gruesas mientras volvía a recordar todo lo sucedido aquel día de las elecciones.

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Habían pasado las horas, se había quedado dormido mientras recordaba, fue cuando se percató de que no estaba solo en la habitación.

-¿Patito?- se trataba del híbrido oso.

Quackity solo atinó a esconder su rostro bajo su almohada, no quería que nadie lo viera, en especial con esa herida del rostro.

-¿Qué pasa pequeño?...- se acercó a él.

-¡Por favor, vete!- el menor comenzó a sollozar en la almohada. -¡No quiero que nadie me vea así!-

El mayor se quedó parado a su lado por un momento. -¿Pero por qué, cariño?- comenzó a acariciar el cabello del azabache.

El menor no pudo evitar sonrojarse. -"¿Me dijo cariño?"-

Se quedaron así por un buen rato, hasta que el mayor volvió a hablar. -Entonces, ¿Vas a dejar que te vea?- el menor negó aun en la almohada.

-Antes necesito que me hagas un favor...-

-¡Claro! Lo que mi pato me ordene.-

-E-Eh...- se puso nervioso. -¿Podrías conseguirme alguna máscara?- el mayor lo miro sorprendido, más no refutó la petición.

-Claro, lo que necesites.- se levantó. -Vuelvo enseguida.- a los pocos segundos se escuchó que ya se encontraba solo de nuevo, así que decidió sentarse nuevamente en la cama.

-¿De verdad está preocupado por mi?- hablo para si mismo. -Digo, estamos hablando de Rubius... Normalmente todo lo que hace es para su propio beneficio.- puso sus manos en su cara. -¿Pero ahora qué beneficios puede tener si se queda conmigo?...- sintió un leve rubor en sus mejillas, fue cuando escuchó nuevamente la puerta abrirse, optando por esconderse otra vez.