𝗧𝗛𝗘 𝗤𝗨𝗘𝗘𝗡 𝗢𝗙 𝗘𝗩𝗜𝗟 － Evelyn siempre pensó que era una chica normal y corriente, como cualquier otro aldeano de Gavaldon.
Pero cuando uno de sus mayores deseos se cumple, su vida da un giro inesperado, descubre que no es una persona norm...
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☽ | EVELYN HOPPE
Era un día normal y corriente como cualquier otro, mi misma rutina de siempre, despertarme, darme una ducha, peinarme, vestirme y coger la mochila para ir a clase.
Baje a la cocina para poder desayunar, encontrándome con el mismo desastre de siempre, mi madre intentando cocinar algo para desayunar, mi padre sentado en el sofá sin hacer nada, y mis cuatro hermanos pequeños desordenándolo todo.
—Buenos días familia— Dije con una sonrisa sarcástica y rode los ojos.— ¿Que hay hoy para desayunar mamá?— Pregunté y me senté en la mesa.
—¡Bacon y huevos!— Sonrio emocionada y me puso un plato delante, no se que era peor, si el bacon crudo o los huevos quemados.
—¡Ay por dios mira la hora!— Fingí estar sorprendida— ¡Voy a llegar tardísimo!
Me levante de la silla casi corriendo y salí de esa casa antes de que mi madre pudiese decirme algo y tener que comerme esa espantosa comida.
De camino a la escuela me encontré con Agatha, una de mis mejores amigas.
—¡Agi!— Grite cuando la vi, ella se dio la vuelta para mirarme y sonrió.
—Lyn, no pensé que saldrías tan temprano para ir a la escuela, tú siempre llegas tarde— Se río cuando dijo eso, yo le mire mal.
—Bueno, el desayuno de mi madre hoy no fue el mejor que digamos— Nos reímos.
Después de eso, una carroza de madera paso por ahí, y allí montados iban nuestros compañeros de escuela.
—¡Brujas! ¡Brujas!— Nos gritaron algunos de esos mientras pasaban y nos lanzaban tomates y cosas por el estilo, al menos pude esquivarlos.
Cuando pasaron de largo Agatha y yo miramos hacia el otro extremo del camino y allí se encontraba Sophie, nuestra otra mejor amiga.
—Odio este pueblo— Dijimos las tres a la vez.
—Os he dicho cien veces que no— Aclaro Agatha.
Ya habíamos llegado a la escuela y dado las primeras clases del día, ahora estábamos en una especie de recreo comiendo nuestro almuerzo en una mesa apartada de la gente.
—El cambió no tendría que ser radical— Dijo Sophie.
—Exacto, una mascarilla de pepino y exfoliante— Le dije a Agatha, rogándole para que aceptase.
