𝐸𝑙 𝐶𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑜

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Un hombre con una larga capa azul corría por el bosque. En su mano yacía una espada de metal afilada.

Detrás de él un hombre lo perseguía, este llevaba una capa, pero en vez de azul, esta era roja. En su mano al igual que el otro hombre había una espada de metal, preparada para atacar en cualquier momento.

Llegaron a una especie de ciudad en ruinas y se posaron en uno de los edificios a luchar, sus movimientos eran astutos y resbaladizos, ninguno de los dos parecía querer perder y se miraban desafiantes.

Esas miradas cambiaron y pasaron a unas de gracia total, guardaron sus espadas y comenzaron a reírse.

—Has hecho trampas, el campo de duelo tiene unas reglas muy claras, nada de magia— Hablo el de abrigo azul.

—No es trampa si ganas, solo es trampa si te descubren— Dijo mientras que su hermano se ponía sus gafas.— ¿Quieres la revancha?

—No, no tenemos tiempo— respondió como si fuese lo más obvio.

—Practicar contigo es la única parte que disfruto— Admitió.

—La mia también pero nos necesitan, es lo único malo de vigilar la escuela más importante construida.

—Y eso me aburre— Dijo el de rojo con un tono de enfado. Su hermano dio un suspiro.

—Rafal, ¿Que quieres?

—Pelear otra vez— Sacó su espada desafiante— Usemos la magia, sin restricciones, vamos Rhian— Se puso en posición de pelea— Enséñame lo que tienes.

—Tú nunca te rindes— Intento bromear pero Rafal utilizó su magia para lanzar un montón de escombros contra su hermano.

Utilizó su magia de sangre para sacar un monton de piedra del suelo a los pies de Rhian, este consiguió apartarse a tiempo, y cuando Rafal sacó fuego de su mano contra él le sirvió para protegerse.

—¡Rafal ya es suficiente!— Grito.

—¡Quizás para ti! Pero yo estoy harto de esto, ¡Lo quiero todo!— Aumento su poder para hacer que Rhian saliese volando por los aires, y así conseguir dejarlo indefenso.

Corrió hacia él y lo pegó a una pared, lanzó su espada clavándola en su ropa y en la piedra, y después lanzó la otra espada haciendo lo mismo.

En un movimiento de dedos una línea de sangre salía de este. Era magia de sangre.

—Rafal, que has echo, eso es...— No termino de hablar cuando su hermano saltó contra la roca y se quedó de pie encima suya.

—Magia de sangre, llevaba años buscándola, y anoche por fin la encontré— Aclaró.

Unos minutos de pelea después, Rafal estuvo en el momento perfecto, ahora podría matar a su hermano, quedarse a cargo de todo y volverlo todo un caos, el siempre quiso el mal, su hermano siempre quiso el bien, y Rafal iba a demostrar que el Bien nunca ganaba.

𝗧𝗵𝗲 𝗤𝘂𝗲𝗲𝗻 𝗘𝘃𝗶𝗹- 𝑆𝑐ℎ𝑜𝑜𝑙 𝑓𝑜𝑟 𝑔𝑜𝑜𝑑 𝑎𝑛𝑑 𝑒𝑣𝑖𝑙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora