Capítulo 5

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Desperté totalmente aturdida en la camilla de una sala que no había visto en mi vida. En mi dedo tenía un medidor de frecuencia cardiaca y una vía administraba suero a mi cuerpo. No entendía nada ni sabía dónde estaba, pero no podía estar muy lejos. Intenté incorporarme y justo en ese momento la chica del pasillo entró con un café en mano a aquella sala que parecía de hospital.

—¡Menos mal que has despertado! —Se alegró acercándose a mí.

—¿Dónde estoy? —le pregunté confusa.

—En la enfermería de la universidad. Me pediste ayuda y te desmayaste... Creo que sufriste un ataque de ansiedad. Por suerte un chico venía por el pasillo y me ayudó a traerte hasta aquí. Te lo presentaré para que lo conozcas —me informó con una sonrisa.

—Siento mucho el susto—le agradecí avergonzada.

—No te preocupes. Como no sabía tu nombre ni nada tuve que avisar a Arturo. Me ha dicho que quiere verte en cuanto despiertes y estés bien.

Asentí y me puse las manos en la cara. Sentía que me iba a explotar la cabeza. Mientras tanto, la enfermera que se percató que ya había despertado me quitó la vía y el medidor de frecuencia cardiaca. Todo era culpa de Lucas.

—¿Y cómo te llamas? Ya me ha dicho Arturo que has empezado hoy y que seguramente habrán sido los nervios del primer día.

La enfermera me miró cómplice y yo recé para que no desvelara la verdadera razón de mi desmayo. Teniendo en cuenta que había tenido acceso a mis informes médicos, en ese momento no sabía qué podía estar pensando.

—Anne, ¿y tú? —le pregunté sentándome en la camilla.

—Yo soy Aura —se presentó—. ¿Finalmente estudiarás aquí? ¿En qué carrera estás?

—Enfermería. Hoy era mi primer día —le respondí.

—¿Estás en primero? Yo en tercero.

—¿Estudias Enfermería? —le pregunté curiosa.

—No, Psicología—respondió sonriente.

Vaya, justo lo que necesitaba: una amiga psicóloga.

—Esta noche vamos a ir a un concierto Minerva y yo. Nos sobra una entrada porque nos han dejado tiradas. ¿Te vienes? —me ofreció entusiasmada.

Ni siquiera sabía de quién era el concierto, o quien era esa tal Minerva, pero acepté. Era lo mínimo que podía hacer por ella después de ser tan amable conmigo. Iba a ser la primera vez que iba a un concierto en tres años y la verdad es que estaba deseándolo. Tras despedirse y agradecerme en broma haberle hecho perder dos clases, me dio su WhatsApp y se marchó. Me sentía feliz de haber conocido a Aura y que fuera tan agradable, pero el haberme desmayado y que Arturo me hubiera llamado a su despacho me preocupaba.

Salí de la enfermería y fui a buscar a Arturo a su despacho para hablar con él como me había pedido. Me estaba esperando, dando pequeños toquecitos en la mesa.

—Cierra la puerta —me pidió en cuanto me vio aparecer por el umbral de la puerta.

Lo hice y me senté como me indicó después.

—Ni media hora has tardado en darme problemas —dijo elevando la voz.

Bajé la mirada y él siguió.

—No he llamado a tus padres porque volverías a Vigo hoy mismo. ¿En qué estabas pensando? ¿Cuánta medicación estás tomando?

—Ha sido un ataque de ansiedad —me excusé.

—¿Sabes la cara que ha puesto la enfermera cuando ha accedido a tu historial médico y ha visto todo eso? Si no llega a ser por mí... —resopló.

—Solo ha sido un desmayo —farfullé.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2022 ⏰

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