CAPITULO 4

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Los meses de embarazo pasaron. Claro Akutagawa sufría maltrato por parte de las personas ahí dentro ya que al estar en cinta lo consideraban más vulnerable y débil.

Finalmente el pequeño nació en uno de los bellos días de noviembre.
Un hermoso bebé de cabellos albinos y unos hermosos ojos grisáceos.

En cuando nació el menor lo hicieron alimentarlo algunos minutos y de inmediato lo separaron de el.

Los investigadores registraron cada cosa que sucedió en su embarazo y ahora registraría los comportamientos del recién nacido.

Akutagawa suplico casi de rodillas que le dejarán con su pequeño sin embargo los sujetos solo ignoraron las súplicas del azabache y llevaron al menor al área de bebés.

El azabache lloro por algunos días sin poder hacer nada al respecto.

Algunas semanas después cuando ya había perdido todo brillo en los ojos, mientras se alimentaba de la asquerosa sopa que odiaba tanto que le dieran a comer la alarma que hace tiempo había escuchado en su intento de escapar de ese lugar comenzó a sonar.

Las luces rojas comenzaron a parpadear mientras ese molesto ruido de hacia presente.

No presto atención, después de todo no era de su incumbencia lo que sucediera en ese repugnante lugar y continúo alimentándose sintiendo asco a cada probada que daba.

Noto que los trabajadores de ese lugar comenzaban a correr de un lado a otro.

—¡Apresurense!

Sintió un poco de preocupación sin saber lo que sucedía.

Derrepente en ese pasillo en silencio invadió el ambiente, incluso la alarma había dejado de sonar y las luces rojas de parpadear.

Escucho pasos acercarse, al parecer era alguien correr. Imagino que talvez era uno de esos hombres otra vez.

Sin embargo alguien llegó a su celda.
Su vestimenta era como la de los hombres de ese lugar, al menos algunos. Llevaba una bata blanca y pantalones negros

Dio un brinco al ver que era a el a quien querían.

—¡A-alejate!— menciono con preocupación y caminando hacia atrás

—Shh..tranquilo, te sacaré de aquí— le sonrió con delicadeza aquel chico de cabellos blancos

Noto sus ojos, eran hermosos, una combinación entre púrpura y amarillo, le pareció hermosa esa combinación de colores.

Akutagawa extrañamente sintió confianza. Así que asintió pero aún manteniéndose alerta.

El albino lo libero. Extrañamente tenía la llave de su celda.

—T-tu..

—Talvez no me reconozcas..tenías los ojos vendados después de todo— tomo la mano del azabache —soy el alfa que estuvo contigo...e-el que te marco— bajo la mirada avergonzado

—¿E-encerio?— pregunto a lo cual el albino asintio

—¡Una enorme disculpa por lo que hice!— hizo una reverencia un poco exagerada

—No es tu culpa..es lo que hace el instinto— sonrió ligeramente en forma de consuelo

—Sera mejor irnos de aquí ahora..en un rato la policía vendrá y sacará a todos de aquí— comenzó a correr aún tomando la mano del azabache

—¡o-oye!— se sorprendió un poco cuando comenzaron a correr y recordó a su pequeño —¡E-espera!

El albino sabia lo que quería el azabache

—Tranquilo, está afuera— volteo a verlo y le sonrió

Akutagawa asintió tomando confianza.

Ambos llegaron a la salida del edificio y sorpresivamente Ryunosuke se encontró con su antiguo compañero Chuuya.

Se sintió alegre al verlo con vida y le abrazo.

—O-oye..— menciono avergonzado el peli-naranja

Escucho un pequeño ruidito y reconoció de que era.

Volteo a la dirección de dónde lo escucho y encontró a un joven castaño arrullando a su pequeño.

—¡M-mi bebé!

Se acerco donde el castaño y este se lo entrego mientras sonreía.

—Tranquilo, el está bien

—¿Co-como?

Los chicos sonrieron en conjunto

Continuará...

Wuu!! Ya casi termina esta historia!

Un capítulo cortito será el final

¡Nos vemos!

𝑴𝑶𝑹𝑫𝑰𝑫𝑨𝑺 (ᴀᴛsᴜᴀᴋᴜ) 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora