Pequeño Valentino

28 1 0
                                    

Hoy quise escribir en mi diario,
pensando en que mis letras,
sean un abrazo para ti.
Para el niño que fuiste alguna vez.

Te escribo para decirte
algunas cosas importantes,
aunque lo haga desde acá,
cosas que quizás nadie te dijo
en el momento correcto.

Te escribo para decirte, por ejemplo,
que tú físico es perfecto
tal y cómo está.
No hay necesidad de fingir
una postura que no es la tuya,
ni hay porque ponerle cintas
a tu nariz para levantarla o estilizarla.

Que algún día,
la vida te va a recompensar
por cada golpe
que te dieron a la hora del recreo,
y por cada vez que alguien
se rió de ti en tu cara.

Que ya no importa si te dejaban solo,
o si no querían hablar contigo,
porque ahora hay personas
que morirían por estar a tu lado
todo el tiempo.

Que no importa si no encajabas.
Tú solo eras demasiado brillante,
y recuerda que la gente
le teme a las cosas que son diferentes.

Que no importa si te arrojaron piedras,
o si te empujaron a hacer cosas
que no querías hacer.
Porque ahora eres mucho más inteligente
que todos los que quisieron someterte alguna vez.

Que ya no hace falta seguir llorando, pequeño,
porque has logrado salir de ahí.
Has logrado convertirte
en todo lo que pensaron que nunca podrías.

Y por si nadie te lo dijo,
a los ocho o a los trece,
yo estoy orgulloso de ti.
Y no hay nada que temer.
Porque no estás solo.
Y ahora que eres grande,
te queda corto el éxito,
y te ríes de quienes te dijeron que no,
de quienes te hicieron sentir
que no valías nada.

No hay porque temer, pequeño,
ahora eres un adulto,
y la vida está por recompensarte
todo lo que sufriste cuando niño.

Te abrazo, desde acá,
para que recuerdes que
no merecías ser tratado de esa manera,
y aún así, has logrado superar
todos y cada uno de los obstáculos
que la vida ha puesto injustamente para ti.

Te dedico la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora