El abuelo

52 3 0
                                    

Era un dia triste ya que habiamos perdido a nuestro querido abuelo, era alegré y una persona social, le gustaba entrar en comunión con todos, era una gran persona, tenia sus debilidades como cualquiera, pero aun asi, era una bella persona. soliamos compartir con el, visitarlo y platicar, mientras jugábamos al dominó, llegué a ganarle par de partidas no se cómo, pero me la ingeniaba.

Era divertido pasar la tardé en su casa aveces salíamos al malecón en familia a compartir y hacer cuentos e historias, el abuelo era quién nos hacía sus historias, quién a su vez nos hablaba de como era su juventud, y de las mujeres que había tenido.
De recordar me hace sonreír, cuando me decía hijo, ven que te enseñare como conquistar y hablarle bonito a una mujer, sí que aprendí muy bien.

Me daba muchos consejos y casi todo, los puse en práctica, siempre era temeroso de Dios se encomendaba y hacía sus oraciones antes y después de salir de casa.

Era realmente un hombre fuerte y dinamico, Atentó con sus familias, los considerábamos el roble de la familia y el sabio consejero.

ya acercándose a su edad de 85 años, le detectaron cáncer en su etapa final. pero no queríamos decirle Para no preocuparlo aunque el de todo modo se daria cuenta, y seguiría todo normal," luego de saber la noticia.

La Familia se estaba preparando y aceptando la realidad de que algun dia, el abuelo iba a fallecer.

Cuando Cumplió sus noventas años, estaba ya super delgado, de vez en cuando, me asomaba por las ventanas y veia el dolor que estaba padeciendo. en su rostro lo reflejaba, era algo triste y angustiante, pero aun si el abuelo siempre tenia una sonrisa, plasticaba con el todas las tardes y le decia," que Dios iba ayudarlo".
el asentía con la cabeza.
Cuando cumplió sus noventa y dos años. la madrugada del jueves a las seis de la mañana, mi padre, quién siempre estaba al pendiente de el como si fuera su hijo, dio la noticia.

-El abuelo habia dejado este mundo, al final de su vida nos dejo sus consejos y sabiduria que hoy dia nos sirve de mucho.

El nos ésta observando de dónde quiera que esté, debe sentirse orgulloso de todas sus familias.

El roble de la casa, siempre parecía estar fuerte de la manera que nos hablaba y expresaba, pero en su rostro decía todo lo contrario estaba sufriendo.

Nos dirigimos a la funeraria y los despedíamos,  con una misa y luego nos fuimos al cementerio a darle el último adiós y un hasta nos volveremos a ver pronto.

Relatos de TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora