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―Muy bien, mascota. ―SeHun sonrió mientras acariciaba con su mano el suave pelo de ChanYeol. Esa era exactamente la respuesta que quería. Él era el que controlaba esta situación, y ChanYeol necesitaba saberlo. Solo con que lo comprendiera podría empezar a entrenarlo.

SeHun se acercó a la mesa situada junto a la puerta principal y tomó los artículos que había dejado antes ella. Era hora de seguir con las lecciones de ChanYeol. SeHun volvió a pararse frente a ChanYeol. Le temblaban las manos un poco debido a la anticipación que rodaba a través de él por lo que estaba a punto de hacer.

―Dame tus manos, ChanYeol.

Sorprendentemente, ChanYeol de inmediato levantó las manos frente a él.

SeHun envolvió cuidadosamente los gruesos puños forrados de fieltro alrededor de sus muñecas y luego los cerró uniéndolos.

Sabía que los puños eran suaves por dentro, pero tenían algo de peso. SeHun quería que ChanYeol se acostumbrara a ser esposado, a que sintiera la pesadez de los puños. Así sería mucho mejor.

Una vez que estuvo esposado, SeHun se sentó en su silla.

Agarró su siguiente artículo y le hizo un gesto para que se pusiera de pie. ChanYeol tuvo un pequeño problema poniéndose de pie con las manos atadas, pero lo hizo. SeHun tenía que conceder crédito al magnífico sub. No tenía miedo de intentarlo.

―Ahora, separa las piernas, ChanYeol.

Este parpadeó hacia abajo a SeHun durante un momento y luego, lentamente, separó las piernas. Realmente era una hermosa vista. Parecía que cuanto más órdenes le daba SeHun, su polla más se llenaba. Por lo que la gruesa y larga polla golpeaba contra el estómago de ChanYeol como si tratara de alcanzar el techo.

SeHun sentía a ChanYeol temblar cuando se estiró y acarició con sus manos el interior de las piernas del hombre. Un pequeño gemido salió de sus labios, cuando SeHun se detuvo justo antes de tocar su pene. Los nudillos de SeHun rozaron sus calientes bolas. ChanYeol gimió de nuevo, su cuerpo temblaba.

―¿Te gusta que te toquen, no, mascota?

―Si ―tragó tan duro que el sonido llenó la tranquila habitación―. Sí, señor.

SeHun sonrió y pasó las manos sobre los muslos y alrededor de las caderas de ChanYeol, y luego hacia arriba al plano y musculoso estómago. ―Creo que el toque está desvalorado. Mucha gente sólo quiere que los follen. Nunca se detienen a considerar la importancia de una simple caricia.

SeHun recorrió acariciando con su mano la caliente piel de ChanYeol hasta uno de sus arrugados pezones, pasando el dedo sobre la punta, pero realmente sin llegar a tocarlo. ―¿No lo crees así, mascota?

―¡Señor!

―Está bien, hora de tu castigo, ChanYeol. Tenemos que hacerlo antes de que podamos continuar. ―SeHun señaló a su regazo―. A lo largo mi regazo, mascota, culo hacia arriba.

―¿Su regazo, señor?

SeHun podía ver la curiosidad brillando en los ojos marrones de ChanYeol cuando el hombre miró a su regazo. Sabía que estaba nervioso, pero también sabía que quería esto, aunque si ChanYeol no lo hacía... La necesidad que sacudió todo el cuerpo del hombre no le pasó desapercibida.

―¿Tengo que repetirme, ChanYeol? ―preguntó SeHun con una voz severa, pero controlada.

La cara de ChanYeol palideció cuando sus ojos se abrieron de golpe. ―No, señor.

―Entonces colócate encima de mi regazo.

SeHun abrió sus manos para que ChanYeol se acercara y se estableciera encima de sus muslos. No era elegante, pero siguió la orden. SeHun no tenía ninguna duda de que ChanYeol con el tiempo sería capaz de hacerlo sin ser torpe.

𝐿.𝐿.𝐷.𝐶 || sᴇʏᴇᴏʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora