〔 Capítulo 3 〕

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El frío de la noche nuevamente inundaba el santuario, y aunque ya estaba acostumbrado a no ver la luz del sol, para Juan se seguía sintiendo extraño el saber que la oscuridad eterna era algo real en esa dimensión

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El frío de la noche nuevamente inundaba el santuario, y aunque ya estaba acostumbrado a no ver la luz del sol, para Juan se seguía sintiendo extraño el saber que la oscuridad eterna era algo real en esa dimensión.

Habían pasado un par de días desde que se había enterado que básicamente toda su vida había sido una mentira. Esto lo llevó a desesperarse tanto que terminó por atacar a personas que consideraba sus amigos, a gente que no le había hecho daño y que genuinamente buscaban ayudarlo.
Le deprimía pensar que estaba atrapado en un mundo que no conocía y no sabía si tendría la posibilidad de disculparse por su comportamiento. Pero, siendo sincero, agradecía ahora mismo estar lejos de todo ese caos, le servía bastante mantenerse lejos, así por lo menos ya no podría lastimar a la gente que quiere.

Su tren de pensamientos negativos se vio interrumpido cuando notó que la lluvia -la cual había empezado hacía alguna horas- comenzaba a parar. Para Juan, el descubrir todo este mundo y cómo funcionaba le fascinaba.
Siempre supo que el multiverso era real, y ahora que tenía la posibilidad de explorarlo la idea le parecía encantadora.
Había aprendido bastante todos esos días con las otras versiones de sus amigos.

Había aprendido las costumbres de ese lugar, las diferencias que existían entre las variantes que él conocía y éstas, qué cosas podían interpretarse de distintas maneras entre ambos mundos; sin dudas era una experiencia única para el hechicero, una que no pensaba desaprovechar.

Su curiosidad por cada cosa nueva que encontraba de ese mundo solamente crecía más y más, siendo detenida únicamente por el peligroso clima de aquella dimensión. Sin embargo, ahora que estaba despejado por un par de horas no podía negarse el gusto de investigar los alrededores.

Con precaución, Juan fue avanzando hasta la parte central de lo que alguna vez fue el Pueblo Verde, llegando hasta la fuente central.
Había aprendido que, por algún motivo, los mobs se mantenían alejados de aquella zona, no estaba seguro del por qué, pero le servía bastante para poder investigar sin preocuparse por salir herido.

Fue entonces que algo llamó su atención, algo que tal vez debió notar en los primeros días.
Cerca de algunas construcciones abandonadas, Juan logró divisar lo que antes era la entrada al portal que conducía al Pueblo Naranja. Fue entonces que repentinamente un pensamiento fugaz lo golpeó, ¿qué demonios había pasado con todos los habitantes del Pueblo Naranja?, ¿habían tenido el mismo destino que el verde?

No pudo evitar acercarse a los restos del portal, notando como ni siquiera estaba roto del todo, solamente un par de bloques rotos habían bastado para romper la conexión entre ambos pueblos. Curioso, Juan se preguntó qué pasaría si volvía a armar el portal.
Pero su curiosa mano no pudo tocar los materiales que se encontraban ahí para reconstruir el portal, pues fue detenido por un disparo al aire de Tanizen.

-¿¡Quién es el hijo de puta que intenta reconstruir el portal!?

-¡Es el falso Juan!, ¡yo les dije que no había que fiarnos tanto!- Escuchó la voz de Zorman, notando que ahí se encontraba todo el grupo con el que había estado conviviendo los últimos días.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora