Capítulo 9

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Por la mañana el Uzumaki sintió como el frío comenzaba a cubrir su piel, lo arroparon con cuidado para que no tuviera frío, podía sentir la luz del sol entrar en su habitación, giró su rostro con cuidado de no ser descubierto, abrió sus gemas con dificultad, vio a su marido recoger su ropa, su vista era borrosa, trató de enfocarlo hasta que lo logró, podía ver su delgado y musculoso cuerpo moverse desnudo por la habitación, mordió sus labios al recordar como lo hizo suyo la noche anterior, quería más, pero a su memoria regresó el hecho de que él le pidió fingir que lo amaba y lo deseaba, cerró sus ojos con tristeza, enterró su rostro en la manta, le había encantado lo que había sucedido por la noche en su habitación, sabía que no se repetiría, se regañó mentalmente por verse y sentirse débil, ¿de qué demonios le sirvió tantos años de lucha por hacerse fuerte?, si por dentro era una maldita flor que en cualquier viento fuerte se derrumbaba hoja por hoja lentamente.

Itachi por su lado le había costado bastante salir del calor que su marido le otorgaba, quería seguir a su lado disfrutando de su suave piel, quería hacerlo suyo nuevamente, respiró hondo mientras se bañaba, el agua caía sobre su rostro tranquilizando sus pensamientos y deseos, quería hacer las cosas bien, quería intentar querer a su marido, amar a su marido, no quería que sufriera más, salió de su habitación, preparó un sencillo desayuno, había echado a perder varios huevos que se rompían al contacto con la cazuela, tenía que ser perfecto, le daba algo de pena entregárselos, así que fue a su habitación, dejó el desayuno en la mesita de noche, salió con cuidado, se dirigió a su oficina una calle adelante de su casa.

-¿Itachi -kun? -el azabache se detuvo a la mitad de la calle al escuchar su nombre, observó a la chica frente a él con cuidado -Itachi-kun, ¿cómo has estado? -el azabache con su rostro estoico pensaba en si responder, giró su rostro hacia su casa observando la ventana de la habitación de su esposo, respiró hondo al ver que seguía dormido -bien, Izumi, lamento no haber respondido tus cartas en estos meses, he tenido bastante trabajo -la chica bajó el rostro con un sonrojo evidente, con tristeza en sus ojos -me enteré que te casaste, Mikoto-san me confesó que había sido un matrimonio arreglado -el Uchiha mordió su mejilla con algo de molestia por esa imprudencia de su madre, no respondió, la chica esperaba que le dijera algo -¿quisiera que pudiéramos ir a tomar un té como en aquellos tiempos?, cuando éramos niños, ¿recuerdas? -el azabache la vio con cuidado, sólo era en plan amigos pensaba, su marido también tenía amigos, asintió ligeramente -es perfecto Itachi-kun, te buscaré por la tarde en tu oficina -la chica se dio la vuelta, Itachi giró su rostro hacia su casa, la cortina permanecía cerrada.

....

El rubio sintió cuando el azabache salió de su habitación, giró su rostro, observó el desayuno en la mesita, mordió sus labios, le había agradado el detalle, lo escuchó salir de su casa, se sentó y comenzó a comer un poco más alegre, escuchó el nombre de su marido, no supo el porqué, pero algo le decía que tenía que ver, se levantó con cuidado, levantó la esquina de la cortina un poco, su ceño se marcó con molestia, ¿quién era esa chica?, su pareja dijo que no tenía amigos, guardó silencio tratando de escuchar su conversación, abrió sólo un poco la ventana, lo había visto voltear en su dirección, apretó sus puños con molestia al escuchar la invitación de la chica, Itachi había tardado un poco en responder, pero lo vio asentir, podía distinguir la mirada coqueta y las mejillas rosadas, tal vez estaba exagerando, él también tenía amigos, específicamente shikamaru con bastante confianza, mordió sus labios tratando de reprimir la molestia que sentía, volteó su rostro al plato vacío que había devorado con velocidad -sólo es una antigua amiga ¿no?-

…..

Mordía sus labios con ansiedad, pensaba en aquella cita de amigos que sucedería en poco tiempo, observaba el techo perdido en sus pensamientos -maldita sea -se levantó, se vió en el espejo, tocó su pecho, no había cenos, podía recordar a la chica, tenía un lindo cuerpo con grandes pechos, era bonita, recordó como acomodaba su cabello trás su oído y veía a su marido como un maldito cordero, podía recordar una escena similar de Sakura con Sasuke, sus dedos se movían con ansiedad -demonios -movió sus manos creando un clon suyo en casa, le pidió que se quedara en su lugar, movió nuevamente sus manos desapareciendo en el jutsu de transparencia de su Ero-sennin, sólo lo había usado con él para ayudarlo a escapar de los baños de chicas, colocó un sello para impedir que sintiera su chakra, su Ero-sennin se lo había creado, ya que sus enormes reservas de chakra le impedían llegar a cero. Naruto abrió la ventana de la parte de atrás de la casa, salió sin ser visto, corrió por los techos hasta llegar a la oficina de su pareja, entró en el lugar, esperó fuera de su puerta con tranquilidad.

Minutos después la chica llegó, se paró en la puerta y arregló su cabello, colocó brillo en sus labios y tocó. Itachi abrió la puerta un poco después -Izumi -la chica sonrió con un sonrojo -vine por ti Itachi-kun, ¿aún te gustan los dangos? -el Uchiha mordió su mejilla con duda -tal vez no sea prudente ir -la chica negó con una sonrisa -vamos, sólo iremos un momento para actualizarnos, ¿te parece? conozco un lugar tranquilo -Itachi respiró hondo, asintió. Ambos salieron, la chica platicaba todo lo que había pasado en esos años mientras Itachi escuchaba con atención, algo llamó la atención del Uchiha, giró su rostro a su derecha, un agradable aroma a vainilla había invadido sus sentidos, el aroma de su marido, con disimulo trató de buscarlo, era un anbu experimentado, todos esos detalles eran importantes para él, no había chakra, no había presencia, tal vez sólo se estaba acordando de él por estar con Izumi -¿me escuchas Itachi? -

El azabache asintió, la chica continuó hablando, compraron sus dulces, fueron a la orilla del lago a comerlos con calma. Naruto los observaba con cuidado, podía ver que su marido no le ponía atención a la chica, buscaba algo en el lugar con disimulo. La chica sonrió con picardía al ver la distracción de Itachi, tomó su rostro en un movimiento rápido, robó un beso de sus labios, el líder la despegó de inmediato con los onix bastante abiertos, el azabache se levantó asustado, buscó con terror a su marido -¿qué te sucede Izumi?, soy un hombre casado, creí que sólo querías mi amistad y que entendías la situación, demonios -la chica endureció el ceño -pensé que me habías entendido, te he esperado todos estos años Itachi, ¿qué esperabas? -el azabache la vio con molestia, el aroma a vainilla ya no llegaba a su nariz -demonios -el azabache corrió con desesperación a su casa.

Atado a ti (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora