El cambio de temporada se hacía sentir en el clima de San Marcos, las noches eran cada vez más frías y los días menos calurosos. La frescura de las mañanas y las tardes aún podían ser disfrazadas por el calor que emanaba del sol. Por este motivo, los dueños de la hacienda Meraki decidieron disfrutar de una tarde al aire libre, nada planificado ni complicado, un simple rato agradable. Después de todo, ambos habían tenido una semana complicada, llena de labores y compromisos.
En los últimos días, Franco se había enfocado en los negocios que aún mantenía en asociación con las empresas Trueba. Aquello no requería de mucho tiempo, se administraban prácticamente solas gracias a los múltiples accionistas, pero llegando el final de año, la demanda de su tiempo siempre aumentaba. A él no le molestaba tener que invertir horas extras en esa parte de su trabajo, lo que si le incomodaba era tener que desentenderse un poco de la hacienda, dejando la mayor parte de los quehaceres a su mujer.
Sara, siendo una mujer capaz e independiente, no requería de Franco en casa, ella siempre había tenido más experiencia que él cuando se trataba del manejo de la hacienda, pero su capacidad superior para lidiar con esos deberes no quería decir que él no le hiciera falta. Si bien no lo necesitaba, la verdad era que lo extrañaba. Durante la semana laboral, se marchaba temprano para regresar después de la hora de cenar, se acompañaban un momento antes de acostarse y nada más. Desde el regreso de su esposo, más de un año atrás, ninguno había estado tan ocupado como en días pasados. En parte, todo ese trabajo era una señal de que los negocios eran prósperos, así que mientras se ocupaban de sus obligaciones, los dos se esforzaban por encontrar formas de pasar tiempo juntos a toda costa.
Aquel Sábado no fue la excepción. Se permitieron quedarse en la cama hasta tarde, despertando pasadas las diez de la mañana, disfrutaron de un desalmuerzo junto a Gaby, quien al minuto de terminar, se despidió de ellos, alegando tener que pasar a casa de una amiga por un trabajo de la universidad. Actualmente, se encontraban en la terraza de su casa, sentados en la mesa de madera, tomando aire fresco, entretenidos por un amistoso juego de ajedrez y dejando que la brisa serena acariciara sus cabellos mientras los rayos del sol besaban sus rostro.
"¡Ja! Ahí está... ¿No qué habías perfeccionado los movimientos de tu juego?" Celebró al derribar a uno de los peones oscuros de su marido.
"Eso no es nada, mi amor. Es tan solo parte de mi plan," le aseguró, confiado de sí mismo.
"Sí, claro. ¿Cómo no?" Preguntó, retóricamente, con incredulidad.
"Recuerda que logré ganarle a don Martín, algo debí de haber aprendido," le recordó mientras miraba el tablero, enfocado en su próximo movimiento.
"Y tú recuerda que el abuelo me enseñó a jugar desde muy pequeña, también me enseñó a leer a mi oponente," le dijo mirándolo fijamente, tratando de anticipar su siguiente jugada, antes de que la hiciera, para tener una mejor idea cual seria su estrategia a lo largo del partido. Pero la cara de su marido se mantenía seria sin ninguna expresión en particular.
"Sara, y... ¿También te enseño a perder?" Le preguntó, subiendo su cabeza para mirarla mientras arqueaba una de sus cejas. "Porque presiento que vas a poder usar esa lección," la provocó.
"Lo dudo mucho, señor, porque..." No terminó de hablar cuando vio a Franco realizar su próxima jugada. Él llevó a su reina hasta un escaque antes que el rey enemigo, en una movida muy astuta.
"¡Jaque!" Expresó super emocionado, encerrando al rey de su esposa a salto de caballo.
"No puede ser. ¡Franco!" Lo miró con asombro. No podía creer que él había logrado ganar ventaja sobre ella, sobre todo porque era un juego donde ella estaba acostumbrada a ganar. "No creas que por eso vas a hacer jaque mate. Yo puedo escapar de ese ataque," aseguró, convencida de que podría lograr liberarse de los apuros en los que se encontraba su pieza principal.
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Encuentros
FanfictionSerie de one-Shots. Cada one-shot pueden ser leidas como historias independientes o tambien en el orden correspondiente y despues de leer Sanando Heridas. En algunos casos habrá continuidad pero esto no va impedir que la historia pueda ser leída s...