CREER

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-¿Jeon Jungkook? - preguntó Jakson

-Retirate por favor, no vuelvas a tocarlo o conocerás toda mi furia, ese chico, es intocable desde hoy para ti. ¿Entendido? - contestó Jungkook no muy feliz, lo hubiera matado ahí mismo con sus propias manos, pero la violencia era algo que no iba ni con su personalidad, ni con su manera de pensar.

Miró de arriba a abajo al ensabanado hombre, puso sus ojos en blanco y fue al lado de su decorador, lo llevaría al fin del mundo si este se lo pidiera.

-¿Todo bien? - preguntó Jungkook a Jimin.

-No lo sé, creo que ya lo esperaba, pero necesitaba verlo con mis propios ojos, se que Jin y Tae, tienen que ver en esto, ahora entiendo sus ganas de irse de prisa sin mi. - le contaba Jimin con su mirada fija en la carretera.

-Pues déjame decirte que ellos dos en este momento son mis personas favoritas - Sonriente el chico de los grandes ojos dijo sin pudor.

-¿Lo son? - Interrogó Jimin

-¡Claro! - Le dijo animado Jk- ¿A qué dirección debo llevarte? - Le pregunto al rubio.

-Vaya, que buena pregunta, solo pensé en salir de ahí, mas no a donde debería ir. - Jimin pensó un momento - Un hotel estará bien, en estos días buscaré un lugar.

-No se diga más, a un hotel será - Animado el chófer, siguio su curso, en el camino no hubo mucha platica, Jungkook de vez en cuando miraba la cara de su acompañante, al parecer no sufría por lo que acababa de pasar lo cual era genial, la oportunidad que creía nula, ahora era un mar de posibilidades.

En ese preciso instante decidió que se ganaría el corazón de tan excepcional persona, que el era con quien quería vivir el resto de su vida. Así que comenzaría por darle un techo donde vivir.

Llegaron al lugar para hospedar a jimin, este bajó sus maletas del auto, y camino a la recepción. Al llegar vio un enorme mural a espaldas de la recepcionista, con letras que habia visto ya, días antes sobre el avion.

-¿Por qué me has traído a tu hotel? - Cuestionó el delicado jimin, con voz muy baja haciendo una mueca graciosa, a ojos de Jungkook la cara más tierna del universo entero.

-Cariño, si te llevo a otro hotel, la gente podría creer que tengo una aventura ¿No querrás eso verdad? - Jungkook contestó lo más calmado posible

-mmm no creo que no, entonces que quedaré en tu hotel en lo que encuentro un lugar para quedarme. ¿Estás de acuerdo? - Cuestionó Jimin al que apenas unos minutos antes había sido su chófer.

-La habitación de huéspedes por favor - le dijo a la recepcionista sin poner atención en las palabras dichas por el joven, llamando con su mano a un chico para que subiera las maletas a su destino.

Jimin solo negaba con la cabeza, y a decir verdad, le encantaba ser cuidado de esa manera y en otra parte de su corazón veía la diferencia con Jakson, recordó aquella vez que fueron a la playa y no había habitaciones disponibles y Jakson encontró lugar sólo para el dejando al rubio en un lugar público para dormir y asearse.

Dejándolo ahí solo y con miedo...

Pero en esta ocasión ese hombre que ni siquiera lo conocía bien, lo estaba protegiendo y le había proveído una buena habitación en uno de los mejores hoteles de Seúl.

Su corazón latía fuerte y casi dejó de hacerlo cuando ese apuesto hombre lo tomó de la mano y comenzó a jalarlo. Por más que el rubio trataba de zafarse lo más discretamente posible, el apuesto opresor sólo hacía el agarre las fuerte.

-Vayamos a comer algo, muero de hambre y me rehuso a comer solo - esa fue la única manera que jimin dejó de luchar.

Entraron al restaurante del hotel y de inmediato el personal fue a atenderlos, Jungkook le dio la carta

-Pide lo que más te guste, yo invito - le dijo Jungkook burlón.

-¿Yo? Por que eligiria yo, puedes hacerlo tu-contestó

-¿Y si no te gusta lo que yo elija?, quiero que tu cena sea agradable, deliciosa, que tu la elijas, tal vez hasta me antojes y pida lo mismo que tu - replicó Jungkook al extraño comportamiento de Jimin.

El rubio no contestó nada más, estudió un poco la carta, y sólo vio cosas deliciosas, así que estaba indeciso. Mientras elegía que pediría, su corazón dio un pequeño salto al ver que su acompañante lo miraba con ternura, vaya que se sintió bien.

También ese único momento lo hizo volver a comparar. Cuando él salía con Jakson era él quien decidía que comerian los dos, aunque no le gustara la comida, debía comérsela o sería regañado. Y aquí estaba por primera vez en muchos años eligiendo una comida deliciosa.

Señaló en la carta el platillo que quería, un si con la cabeza recibió por parte del dueño del hotel. Hizo una seña con su mano y de inmediato tenía al camarero pidiendo su orden.

Los minutos que se tardaron en llevarles la comida fueron bellos para ambos, Jimin le contaba como es que decidió ser decorador, y Jungkook se quejo, que el no decidió, sólo le ordenaron quedarse a cargo de toda la cadena de hoteles, pero que le había tomado el gusto y ahora era feliz.

La comida llegó y fue aún mejor, la platica era cada vez más fluida y divertida, al final una copa de vino tinto fue servida a ambos. La tomaron con detenimiento, hablaban y hablaban sin parar, la noche avanzaba y ellos sentían que el mundo estaba detenido a su alrededor...

Una copa más, Jimin sentía el calor recorrer su cuerpo, su boca era cada vez más suelta y su cerebro prendía de colores al ver al hombre sentado frente a él.

En un momento de llana lucidez, Jimin se levantó, agradeció la comida y camino para ir a su habitación. Jungkook notó que algo pasaba, tal vez el alcohol había sido demasiado.

Lo volvió a tomar de la mano, y lo condujo con mucho cuidado a su habitación. Lo observó todo el camino, su cara labrada de exquisitas facciones tiernas, su boca impaciente invitando a ser besada, su extensa y rubia cabellera, las pequeñas manos que hacian que lucirá más tierno y apapachable aún.

Llegaron a la habitación, Jungkook abrió y lo fue a ayudar a sentarse en un sofá...

-¿Estarás bien? - preguntó Jungkook casi esperando que no le contestara

-Si, no te preocupes. Descansaré un poco y pasará. Estaré bien - contestó tímido el rubio

-¿Quieres que me quede contigo?

-¿lo harías?

-Por supuesto

-¿Quién eres? ¿Porque me estás haciendo esto? - lo tomó de la corbata, lo acercó tanto que sus ojos grandes quedaron casi pegados a los suyos, miro detenidamente su boca y sin pensarlo más lo besó......



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