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—Llámame si algo va mal.
— ¿Puedes dejar de estar tan alterado? No la primera vez que me quedo solo, tengo 22 años, además.
—Solo estoy... nervioso.
Explicó Hyunjin terminando de ponerse la chaqueta de cuero negro. Se miró al espejo mientras Seungmin lo miraba desde el umbral de la puerta de baño. Admiró como Hyunjin peinaba una y otra vez las hebras rubias de su cabello hacia atrás con sus manos. Se veía excelente con esos jeans rasgados pegándose a sus muslos como una segunda piel, la playera negra y definitivamente Seungmin le había hecho un favor a la humanidad obsequiándole aquella chaqueta a Hyunjin.
— ¿Me veo bien? – Inquirió el rubio volteándose hacia su amigo.
— ¿Aceptable? – Dudó Seungmin.
—Seungmin...
—Bromeaba, te ves caliente.
Admitió el chico levantando los dos pulgares en señal de aprobación.
Seungmin y Hyunjin vivían juntos hace un año y dos meses, Hyunjin necesitaba un roommate y Seungmin un lugar donde vivir en Seúl, y Hyunjin era bastante flexible, ni siquiera se molestó cuando Min llegó con un perro escondido debajo de su hoodie, o cuando le encogió algunas playeras en la secadora, ¿Su cabello rubio? ¡Obra de Kim Seungmin! Quien rebuscando entre sus cosas encontró una botella de tinte que usaba cuando el llevaba el cabello de ese color. Le pidió por favor a Hyunjin que lo dejara jugar un poquito con su cabeza y tras cuatro largas horas una mezcla de tinte rubio y dorado, Hyunjin quedó con el cabello de un color completamente diferente al clásico negro. Seungmin notó que no le gustó ante la reacción inicial de Hyunjin ante el espejo, pero pronto lo miró y dijo, "Esta lindo Minnie, gracias". Y le sonrió dulcemente.
Pero lo que ahora acontecía, Hyunjin tenía una cita, y no cualquier cita, una cita de adultos, una cita durante la noche. ¿Esto era malo?... No. Por que era cierto que Seungmin tenía una atracción hacia Hyunjin ¿Quién diablos no? Pero no sentía celos. Él y Hyunjin jugaban en ligas diferentes y Seungmin era un fiel creyente de que mientras más rápido asumas que algo esta fuera de tu alcance más llevadero es convivir con ello y aceptarlo, y Hwang Hyunjin era completamente un nivel más allá de a lo que Seungmin podía acceder.
—Ya me voy.
—Por fin —soltó Seungmin siguiendo a Hyunjin fuera del baño.
— Llámame, si—
—Si algo va mal, ya lo sé. Por favor vete.
Pidió y Hyunjin suspiró una vez más durante el día. Tomó sus llaves, las suyas eran las que tenía un pequeño peluche de un llama que le había regalado Seungmin, las de Seungmin eran de un pequeño cahorro.
—¡Ah! —llamó la atención Seungmin — ¿Llevas la ropa interior de Iron Man?
