II. Voluspá, la profecía de la Völva.

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En su camino hacia la montaña helada, Kid aún intentaba acostumbrarse a la ropa que (T/N) le había dado. Distaba mucho de su estilo pero se sentía como un verdadero guerrero de Elbaf con tantas pieles de oso y accesorios de  cuero para preservar el calor corporal, ella vestía una capa de plumas de halcón y varias prendas más de ropa bajo un bonito vestido con algunos detalles bordados, su cuello seguía adornado con un colgante que a Kid le había llamado la atención desde que abrió los ojos y la vio por primera vez.

-¿El collar tiene algún significado? -preguntó mientras caminaban por la nieve.

-Es una reliquia familiar, el Brisingamen* ha pasado de generación en generación en mi familia hasta llegar a mí, nadie más que la reencarnación de Freyja puede llevarlo a su cuello. -explicó. -Aunque hay una historia muy divertida de Thor vestido de novia llevándolo puesto. -rió recordando las historias de los dioses que le contaba su abuelo y se paró unos segundos mirando a Kid con ojos brillantes. -Es de piedra de ámbar, del mismo color que tus ojos. -dijo acariciando una de las piedras de ambar que adornaban el collar.

-Todo aquí parece tener una larga historia. -dijo él reflexivo.

-Hay muchas historias en éstas tierras, espero tener tiempo de contartelas todas. -dijo ella tomándole de la mano.

Él la apretó y continuaron el camino hacia la montaña helada pero al llegar a ésta el puente que la conectaba con el bosque estaba totalmente derruido.

-Los sismos han comenzado, como lo escribieron en Voluspá*, los desastres naturales se adueñarán de la tierra cuando el tercer invierno del Fimbulvetr llegue a su fin. -dijo ella mirando al horizonte hacia la montaña helada.

-Entonces no podremos llegar hasta el martillo. -sentenció Kid.

-Si realmente eres el indicado, el propio Mjölnir* debería venir a ti. -dijo ella. -Llámalo.

Kid frunció el ceño confuso sin saber muy bien qué hacer por lo que pensó que al ser un martillo podría ser de metal, alzó su brazo y una avalancha de nieve y trozos de hielo comenzó a caer de la montaña helada la cual se empezó a desmoronar ante sus ojos.

-¡Sigue! -insistió ella sin poder creer lo que veían sus ojos.

Un rayo terminó de romper el pico de la montaña donde el arma legendaria yacía oculta desde hacía un milenio, el mismísimo Mjölnir que Thor empuñaba voló hasta la mano de Kid y éste lo alzó al cielo recibiendo un nuevo rayo que impactó contra el martillo.

El pelirrojo se quedó asombrado mirando aquel artilugio en su mano, sentía como si éste latiese, como si tuviese vida propia.

-Necesito mi brazo. -sentenció decidido a seguir adelante con todo.

-¿Qué brazo? -preguntó (T/N).

-Mi brazo metálico.

-Creo que lo vi en la playa cuando te encontré pero parecía un montón de chatarra sin sentido alguno. -se exculpó ella.

-Hasta que lo tenga en mi poder de nuevo. -sonrió él altivo.

(T/N) se mordió levemente el labio inferior, aquella actitud tan segura  la hacia sentir tan bien que no cabía en sí misma de la emoció. Se miraron unos segundos acercándose lentamente y ella le agarró de la camisa tirando hacia  abajo de ésta para hacer que el pelirrojo se agachase un poco.

-He estado esperándote toda la vida... -susurró ella en sus labios cuando él al fin se inclinó tras colgarse el martillo del cinturón de cuero que llevaba.

-Tengo unas ganas locas de besarte, antes no me has dado tiempo a... A nada, en general. -admitió él.

-Lo siento... -rió ella.

𝕻𝖗𝖔𝖕𝖍𝖊𝖈𝖞 𝖔𝖋 𝕽𝖆𝖌𝖓𝖆𝖗ö𝖐 {Eustass Kid x Reader}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora