IV

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>> Los días transcurrían y ella no podía explicar con claridad que es lo que paso ese día y en ese momento, ninguno de sus amigos hablaba del tema, pero sabia que ellos estaban igual de confundidos que ella

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>> Los días transcurrían y ella no podía explicar con claridad que es lo que paso ese día y en ese momento, ninguno de sus amigos hablaba del tema, pero sabia que ellos estaban igual de confundidos que ella.

Entraron en un trance místico sin conexión con la realidad, su mente estaba en una completa nebulosa dejando a sus pies la orden de caminar hacia la muerte. 

Pero ese tono gris comenzó a ser reemplazado por claridad al ser tocada por su madre, para finalmente terminar en la orilla de aquel holló de hielo, buscando si realmente era su madre quien la había sacado de aquél destino desastroso. Para su sorpresa, no había sido la única que había caído allí, si no que los Ragnarsons estuvieron en el mismo trance cayendo casi al mismo destino, siendo salvados por Siggy.

Para mala suerte de Gerda, ninguno de ellos quería hablar sobre el tema, lo taparon con paños y siguieron adelante con la justificación de no haber entendido que es lo que realmente paso. Pero al llegar al palacio acompañados de aquel hombre, la desesperación callo como un balde de agua al ver el rostro finalmente de su padre al llegar a Kattegat y ser recibido por aquélla noticia.

Su padre estaba devastado, llorando en el suelo de su casa; pero con lagrimas en los ojos había ido a arropar a su pequeña, quien sin dificultad fingió dormir para darle paz de alguna manera al hombre que le quedaba. Al escuchar su lejanía, abrió lentamente sus ojos y observo el cielo estrellado que se pintaba atreves de su ventana, dejando su mente como aquella vez, ahora con intenciones, una total nebulosa. Dejándose llevar por la típica brisa fria que entraba por aquella abertura.

El frio viento chocaba fieramente contra su rostro , doliéndole hasta en algunas instancias, pero abrió de forma pesada sus ojos para prestar atención a lo que se avecinaba. Su padre se acerco con fuerza hacia ella, obligándola a esconderse tras su escudo que le costaba sostener; a pesar de su esfuerzo de retener el golpe, retrocedió unos pasos por la inercia.

-Firme-sentencio el hombre, volviendo a abalanzarse hacia ella, buscando que su hija logre la estabilidad. Pero el resultado no vario, después de todo era lo que mas le estaba costando a su hija.

De por si no hacia tiempo que estaban comenzando con entrenamientos, siempre le decía de pequeña "cuando seas grande te enseñare mientras tu madre no vea" sacándole una risa traviesa a su hija. Dadas las circunstancias de no esconderse de su amada, por tanto que la quisiera, no quería ver a su hija desprotegida. 

Tras un duro duelo y preparándose para criar lo que quedaba de años a su hija, comenzaron estos entrenamientos, al comienzo leves. Pero con el tiempo, fueron cada vez mas objetivos; a la niña parecía gustarle demasiado el hacha, se movía con facilidad y determinación. Aunque el escudo siempre fue su debilidad, según la casi pre adolescente la volvía una roca, la estancaba.

-Es muy pesado-se quejo con asco, tirando la herramienta al suelo.

-Necesitas protegerte con algo-

-Con cualquier cosa que tenga filo puedo hacerlo-

𝐷𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟 𝑜𝑓 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒𝑠 [ Hvitserk Ragnarson ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora