el poder de un dios

~trato~

“asi que de eso se trata todo esto, sabía que en algún momento me pedirías ayuda pero no creí que fuera tan pronto” comentó la joven de ojos verdes mirando tranquilamente al muchacho de cabello azabache que se encontraba sentado frente a ella mientras acariciaba su frente tratando de pensar en lo que haría a continuación.

Todo esto no era fácil para ella ya que pensó al menos por un instante que aquel hombre en verdad cambiaría su manera de actuar con el muchacho, pensó que al fin sería el padre que Sasuke merecía, pero parece que hiciera lo que hiciera ese hombre será siempre el mismo, el no cambiará nunca y solo por eso podría causar problemas muy graves para toda la aldea y peor aún la aniquilación de su clan.

“si...¿tu podrías ayudarme con eso?”pregunto curioso anhelando una respuesta afirmativa de parte de la pequeña de cabellos rosas.

“mmm, si te ayudaré pero entiende que tendrá que ser de a poco o podrías morir, además de que deberás darme algo a cambio” remarcó la niña mientras lo miraba de manera seria.

Sakura estaba decidida a ayudarlo ya que sentía mucho aprecio por varias personas pertenecientes al clan uchiha, uno de ellos era la matriarca Mikoto uchiha un muy querida amiga de su madre.

Sakura sabía que si a esa buena mujer le pasaba algo su madre sufriría demasiado y no lo podía permitir, no importa que pasará ella iba a cambiar el curso de la historia.

“esta bien lo entiedo..¿Y que es lo que quieres a cambio?” volvió a preguntar tratando de disimular la felicidad que sentía al saber que Sakura lo ayudaría a entrenar.

“eso ahora no importa, cuando llegue el momento te lo aré saber mientras tanto deberás venir a mi casa todas las mañanas, aquí te entrenaré para volverte más fuerte”

“muchas gracias sakura” dijo el azabache feliz al saber que ahora tendría no solo poder en el futuro sino que también a alguien que lo apoyaría sin pensarlo dos veces.

“el entrenamiento será pesado pero debes de cumplir con lo pactado, al recibir una pequeña parte de mi poder en dosis las cosas serán un poco más fáciles, recuerda antes de venir que debes comer bien, una buena alimentación nutrirá tu cuerpo y dará la energía que necesitarás para lo que se viene”.

“si claro, no hay problema, muchas gracias por la ayuda” murmuró él muchacho algo apenado.

“de nada sasuke”

Los minutos pasaron y cuando la charla por fin se dió por terminada el pequeño uchiha se fue a su casa no sin darle nuevamente las gracias a la pelirrosa por ayudarlo.

De camino a casa Sasuke pensó que era eso que ella le pediría a cambio de volverlo más fuerte, sea lo que sea el está dispuesto a hacer lo que fuera por ella después de todo ella era la única persona que en verdad se interesaba por el, incluso más que su padre quien solo lo entrenaba un día a la semana y lo peor que de mala gana.

Aunque las primeras semanas el azabache se negaba a creerlo el sabía muy en el fondo de su corazón que su padre solo lo entrenaba por obligación y no porque quisiera, es por eso que el pequeño uchiha decidió cambiar de maestro y algo decía dentro de el que fue la mejor decisión que pudo tomar.

Al llegar a casa no vio a su madre por ningún lado así que este supuso que salió al mercado.

“¿donde estabas?” Pregunto demandante una gruesa vos.

“eso no es algo que deba interesarte ‘padre’” contestó tajante el muchachito.

“desde cuando me hablas de esta manera mocoso, déjate de tonterías y vamos a entrenarte”

“¿padre estás en casa?” al escuchar aquella armoniosa vos proviniendo de la entrada el uchiha mayor miro para aquellos lados enfureciendo aún más a sasuke.