𝐂𝐚𝐩 2: 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬

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     Varias horas habían pasado desde que Hanako, Denki y Beta habían salido de La Tierra de Nadie rumbo al reino de los dragones

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     Varias horas habían pasado desde que Hanako, Denki y Beta habían salido de La Tierra de Nadie rumbo al reino de los dragones. El sol del mediodía ardía, sofocante, a pesar del mínimo frío comenzaba a sentirse a medida que se acercaban al norte del mundo que albergaba creaturas inimaginables.

     El bosque fue sustituido por colinas que crecían cada vez más; pareciendo como si brotasen de la tierra hasta convertirse en montañas lejanas de cimas puntiagudas que atravesaban las nubes cual filo de hojilla. Ciertamente, siendo esos montes tan cercanos al firmamento, eran los hábitats perfectos para aquellas bestias que surcaban los cielos y planeaban sobre las nubes.

     Sin embargo, como si los dragones no existiesen en serio, ninguno había sido avistado por los sujetos que se dirigían a sus dominios. Hanako incluso se preguntaba si las bestias eran como los rudimentarios dibujos de los libros de historia; gigantes con alas tan grandes como un campo, colmillos largos como lanzas, garras cual ganchos enormes... Ella misma tenía a un dragón acompañándola, a la par al trote de su caballo mientras se alzaba en sus alas a poca distancia de la tierra, pero Denki lucía completamente inofensivo comparado con la idea que Hanako tenía en su cabeza de cómo lucía un dragón en realidad.

     No obstante, cuando Hanako tuvo la oportunidad de ver de primera mano toda la bestialidad de aquella raza, ella se negó por completo.

     Denki le había ofrecido transformarse en un dragón íntegramente para servir de transporte para ella y su caballo para así no alargar la travesía hasta su hogar. Sin embargo, a la fémina no le hizo nada de gracia imaginar a su corcel enjaulado en las garras del rubio ni imaginarse a ella sobre la mismísima bestia mientras volaban a cientos de metros de altura.

     Esa creatura no tenía rienda alguna, y si la tuviese, Hanako ni siquiera sería capaz de manejar y dirigir a semejante ser.

     Casi con un puchero, Denki terminó aceptando la idea de la mujer para realizar el viaje por tierra. Para un dragón, era completamente ilógico el moverse por largas distancias sin su completa transformación a bestia. No obstante, logró empatizar con Hanako, siendo consciente de que aquella sección del mundo y todo lo que guardaba, era algo totalmente nuevo para ella y que, dadas sus circunstancias, tampoco tuvo más elección que exponerse a lo desconocido del norte.

     Así fue como la andanza, que solía ser de pocos minutos para el dragón, se alargó por horas mientras subían una montaña descomunal.

     Pero, finalmente, una primera construcción hecha de piedra trabajada apareció durante el ascenso por el monte. Pareciendo estar incrustada en la montaña cual cueva, una fortaleza con una entrada gigante lucía regia e imponente.

     Estando entonces en La Tierra de Dragones, Hanako fue capaz de interpretar que las medidas que ella conocía como "gigantes", se quedaron cortas. A punto de pasar por la entrada de la fortaleza de los dragones, asumió en sí misma que su inmensidad estaba ligada con el gran tamaño de las bestias que esperaban al otro lado de la puerta.

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧'𝐬 𝐇𝐞𝐚𝐥𝐢𝐧𝐠 [𝗕𝗮𝗸𝘂𝗴𝗼̄ 𝗞𝗮𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶 × 𝗢𝗖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora