𝐂𝐚𝐩 4: 𝐄𝐥 𝐆𝐫𝐚𝐧 𝐂𝐨𝐦𝐞𝐝𝐨𝐫

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     Hanako caminaba con pesadez a los pies de la montaña donde se alzaba la fortaleza de los dragones

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     Hanako caminaba con pesadez a los pies de la montaña donde se alzaba la fortaleza de los dragones. Inmersa en sus pensamientos, mordisqueaba su labio inferior mientras tomaba una zanahoria del suelo y la arrancaba de la tierra para luego dejarla en su canasta.

     Era completamente irreal lo que le estaba pasando. Hacía solo unos pocos días que estaba tranquilamente en su aldea, y ahora estaba recolectando verduras y hortalizas para la cena que tendría junto a los dragones.

—Kirishima dijo que los humanos deben tener dietas balanceadas y que no puedes estar comiendo solo carne ―habló Denki, pensativo, mientras se tomaba muy en serio su tarea de cuidar de la humana―. Pero estas cosas son desagradables; están llenas de insectos y tierra. ―Buscando aguantar su asco, el dragón de ojos dorados agarró un tallo cualquiera y lo haló hacia la superficie—. ¡Uf! Esta huele fuerte. ¿Te gusta esto?

     La fémina volvió su rostro hacia el dragón y encontró que era una cebolleta lo que Denki sostenía hacia ella. Sin importarle demasiado la hortaliza, Hanako asintió indiferente para volver a concentrarse en su tarea, a la vez que Denki ponía la cebolleta en su propia canasta; cuestionándose cómo a los humanos les gustaba comer aquello.

     Aquella ocasión era la primera vez que Hanako sentía el pasto bajo sus pies desde que llegó al reino de los dragones. Arriba, en la montaña y en la fortaleza, todo era roca fría el día entero debido a los vientos que soplaban en las alturas donde los dragones vivían.

     A ratos, la humana debía afianzarse al pesado abrigo de pieles sobre su espalda, puesto que las brisas de montaña eran traicioneras incluso cuando el sol quemaba en el cielo. Ahora más que nunca, Hanako extrañaba el templado valle en el que había vivido toda su vida, junto a la cama de flores que forraba todos los cerros del este en la temporada de primavera. En la tierra de los dragones, solo hallaba inconformidad.

     Quizá era porque ella no estaba lista para el súbito cambio de ambiente que arremetió con ella y la llevó hasta ese territorio, pero también podría ser simplemente que no se sentía como en casa con algo que tuviera que ver con dragones.

     Ni arrancando cada verdura silvestre del suelo, Hanako podía distraer su mente de lo desamparada que se sentía.

     Hanako soltó un suspiro y vio que su cesta estaba completamente llena. Ella se giró hacia Denki y lo observó; encontrando cómo el dragón de ojos dorados inspeccionaba un calabacín y arrugaba su rostro después de olerlo.

     La humana estaba agradecida de haberse encontrado con Denki aquella noche. Lejos de conocer a una creatura hostil, halló al que probablemente era el dragón más desinteresado y amigable en el reino. Él se comportaba como un verdadero amigo y velador hacia Hanako, y lo apreciaba.

     No obstante, su inesperada amistad con un dragón no servía para aligerar los hechos que Hanako acarreaba consigo y que la llevaron a toparse con el herido dragón la misma noche en que fue obligada a abandonar su aldea.

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧'𝐬 𝐇𝐞𝐚𝐥𝐢𝐧𝐠 [𝗕𝗮𝗸𝘂𝗴𝗼̄ 𝗞𝗮𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶 × 𝗢𝗖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora