𝐂𝐚𝐩 6: 𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨.

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     Aquella mañana Hanako se encontraba vagando en círculos dentro de la habitación que le habían asignado en la fortaleza

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     Aquella mañana Hanako se encontraba vagando en círculos dentro de la habitación que le habían asignado en la fortaleza. Un cuarto con un dimensionamiento extremo para su tamaño, como todo en aquel territorio. Apostaba a que fácilmente un dragón completamente convertido en bestia podía caber en la estancia sin problemas, y que solo sería cuestión que se acercara a uno de los extremos abiertos de ésta para poder salir y entrar de la habitación volando.

     Una arquitectura pensada hasta en lo más mínimo para la comodidad de los dragones y sus necesidades de estar surcando los cielos.

     Mientras que Hanako sí que prefería tener sus pies en la tierra y a una distancia segura del suelo.

     Ese día, Denki no la acompañaría demasiado. Dadas las últimas órdenes del Señor de Dragones, todo el abanico de soldados tenía que hacer guardias en los límites de la tierra que llamaban hogar; incluyendo el dragón de ojos dorados que había dedicado sus últimos días en asegurarse de que la fémina se encontrase cómoda.

     Según las palabras de Denki, Hanako podía hacer lo que quisiese en la fortaleza siempre y cuando no se metiera en problemas. El dragón siempre intentaba recordarle a la humana que ella era un huésped y no una prisionera, pero la desconfianza de la mujer no la dejaba tomarse ningún tipo de libertades dentro de esas tierras que no conocía en lo absoluto.

     Y por más acogedor que pudiera parecer su cuarto, esas cuatro paredes sí que se sentía como una prisión.

     Era difícil encontrar conformidad dada su situación, puesto que no encontraba la fortaleza de salir de su habitación si no era Sato quien la buscaba para las comidas. Pasaba el rato en el gran comedor, aguantaba las miradas de los dragones y trataba de esquivar las dagas que le lanzaba el feroz rubio cenizo cada que la tenía en la mira. Luego de eso, solo le quedaba esperar a que Denki la visitase y la abordara con todo su parloteo para contarle cómo le había ido en sus guardias.

     No era de su agrado mantener una rutina así, pero cuando no quedaba más alternativa, lo mejor que Hanako podía hacer era intentar adaptarse a las circunstancias.

     Por eso mismo, la mujer ya se había sentado en cada sillón de su habitación. Había visto las nubes en el cielo cambiar conforme la brisa las arrastraba. Incluso se cansó tratando de distinguir figuras en las brasas del fuego que quemaba en la chimenea hasta que su visión quedase manchada por el resplandor del fuego.

     Y a pesar de que las cosas podían ser incluso peores, la verdad es que el aburrimiento no hacía nada fácil su día a día.

     Ya el sol estaba en su punto más alto, donde ni siquiera se podía distinguir en qué dirección bajaría para así saber en dónde se encontraba el este y el oeste; marcando así el mediodía y la hora del almuerzo.

     Solo le quedaba a Hanako esperar por Sato para que pudieran compartir una pequeña plática en los pasillos durante el tiempo que les tomase llegar al gran comedor. Y como lo suponía, fue cuestión de tiempo de que tocaran a su puerta para instarle a la fémina que saliera de su guarida.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧'𝐬 𝐇𝐞𝐚𝐥𝐢𝐧𝐠 [𝗕𝗮𝗸𝘂𝗴𝗼̄ 𝗞𝗮𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶 × 𝗢𝗖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora