Cap 3: Vibrador inalámbrico

25.5K 57 1
                                    

Holi c:
No les pasa que alguna vez soñaron con tener sexo en una cena Familiar? Por que a mí sí, e incluso se lo propuse a mi chico en una de sus tantas cenas, que sin mentir eran muchas, cada viernes, de cada semana.
Pero bueno, vamos al punto...

Aquel día tuve la más brillante idea, aburrida de cada maldita cena familiar, donde mis suegros planeaban mi boda y mi futuro junto a Tom (nombre ficticio).
De camino a su gran casa con estructura entre moderna y antigua, le propuse a mi chico colocarme el famoso vibrador que se manejaba con el celular.
Me sorprendió que aceptará, comúnmente era muy serio sobre estos temas.
Al llegar, notamos la mesa con un mantel hermoso de un color rojo vino.
Estaba todo demasiado bonito, no lo iba a negar.
Al adentrarnos en la sala, nos sorprendió que hubiesen demasiadas personas.
Tom y yo saludamos a todos, incluyendo a sus padres.
Tom: ¿por qué tantas personas madre?
Mom Tom: Es un nuevo proyecto, necesitabamos de ti antes de aprobarlo.
Tom me miro malicioso y sin que nadie escuchara susurro en mi oido.
Tom: ve al baño, tienes 5 minutos.
Sonreí y corri a colocarme lo que se supone era la mejor experiencia, no creo que la vendedora me engañara, se veia muy amable.
Cerre la puerta con seguro, lave mis manos y saque el juguete con el lubricante, solo con pensarlo me tiritaban las piernas.
Baje mis pantalones y busque la posicion más cómoda. Cuando lo sentí bien, sin molestias, saque una toalla sanitaria y la coloque en mi ropa interior, uno nunca sabe.
De sorpresa, saque un tapón anal, siempre soñe con ponerme uno, asi que coloque lubricante y lo inserte, se sentía extraño.
Al momento de tener bien acomodada la ropa, me mire al espejo y suspire, esperaba que funcionara bien.
Volví a la sala y Tom me sonrió, esa sonrisa tan sinica pero hermosa, como lo amo.
Un señor alto regordete y barbon comenzó a hablar del proyecto "De agua salada a Dulce", no pude escuchar más, ya qué, sentí como vibraba, de sorpresa solte un gritito y todos voltearon a verme, les sonreí y prosiguieron.
Tom coloco su mano en mi pierna, muy cerca de mi zona sensible.
Volví a sentir como aquel juguete vibraba más y más, mi respiración comenzó a ser algo rápida, agarre la mano de Tom y la aprete, maldita sea, me sentía tan bien, pero era una tortura no poder gemir.
Cuando subio la intensidad, se pudo escuchar un bajo zumbido en la sala, todos quedaron en silencio, mirandose unos a otros, hasta que Tom hablo.
Tom: Apaguen o pongan mute a sus celulares (serio)
Vi como todos sacaban sus celulares y los apagaban.
Reí internamente y pude notar la sonrisita del chico pervertido a mi lado.
Al cabo de unos minutos, este horrible hombre volvio a encenderlo, esta vez me tomo de sorpresa total, haciendome saltar un poco de la silla.
Mi suegra se acerco y me pregunto si estaba bien, yo asentí.
De maliciosa, me acerque al oido de Tom y le respiré agitada, sin que se notará, me aleje y pase una mano discretamente por su pene, pude sentirlo duro.
El pobre estaba sufriendo.
En venganza subió la velocidad hasta donde no se escuchará, fue inevitable que mis ojos no se cerraran con fuerza y me mordiera el labio para callar mis gemidos.
Antes de mi orgasmo, lo paró el maldito.
Abrí mis ojos y lo mire enojada.
Tom: (apunta a la sala) terminó, no puedo dejar que vean a mi novia a punto de un orgasmo cuando prendan las luces (me dice al oido)
Yo: sabes que te odio verdad?
Tom se levanta y yo lo hago junto a él, sintiendo mi cuerpo caliente y mojado.
Cuando todos salieron del gran salón, Tom me beso, apretandome contra su cuerpo, pude sentir su erección, maldita idea.
Tom: no quiero cenar, te quiero a ti.
Solo gemí bajo al escucharlo.
Entró mi suegra, invitándonos a la mesa, Tom nos excuso con que me sentía mareada y necesitaba dormir un rato.
Ella preocupada nos mando a la tercera planta, ya qué, nadie nos molestaría ahí.
Mientras subía las escaleras tom volvió a encenderlo, casi me caí, pero el venía atrás, estúpido.
Tom: que paso?
Me sonríe con sus estúpidos dientes perfectos, yo digna seguí caminando, sin importar que sentía las piernas como gelatina.
Cuando íbamos en la mitad del segundo piso, subio las vibraciones, podía sentir la sensibilidad de mi ano apretando cada vez más el tapón y como todo dentro de mi se contraía para el orgasmo.
Gemí fuerte, ya no aguantaba.
Lo apago y me tomo en brazos, besándome mientras subía las escaleras y nos adentraba a la habitación correspondiente.
Cerró con pestillo, uno nunca sabe y junto un poco las cortinas.
Lo acomode a la orilla de la cama y me sente sobre él, moviéndome, cuanto lo necesitaba.
Metio sus manos debajo del pantalón y apretó mi trasero, haciéndome gemir fuerte, paso sus dedos hasta llegar a mi ano y al sentir el tapón paro.
Abrió sus ojos y me miró.
Le sonreí y le bese la mandíbula.
"Te necesito, por favor"
Tom me tomo por la cintura separándose un poco
"Estás segura"
Como no amarlo, si siempre era tan preocupado y respetuoso.
"Contigo siempre estoy segura"
Asintió nervioso, acostandome en la cama y dejándome solo en ropa interior, a lo cual él hizo lo mismo.
Bajo mis bragas y retiró lentamente el juguete, saliendo más lubricado de como entro.
Me dio un beso y bajo hasta mi vagina, comenzando a lamer y chupar.
No podía dejar de gemir, tenía una leve capa de sudor por todas partes.
Enrede mis manos en su cabello y lo escuche gruñir.
Al cabo de unos minutos, pude sentir como un maravillosos orgasmo se apoderaba de mi cuerpo, haciéndolo temblar, y dejando mis piernas como gelatina.
Mientras me recuperaba, sentia sus caricias en mis piernas, relajándolas.
Cuando abrí mis ojos, el estaba mirandome de una forma tan linda, que por un momento me intimidó.
Tom: lista?
Asentí y le mostré donde estaban todas las cosas en mi bolso.
Se colocó el condón y camino a la cama con el lubricante.
Saco el tapón y gimió.
Me miró y asentí, se colocó lubricante en los dedos y metió dos, el plug hizo un buen trabajo, sentí como metía el tercero, comencé a gemir nuevamente, nunca pense que se sentiría de esta manera.
Mientras nos besábamos, comence a estimular su ya erecto pene. Era el cielo escucharlo gemir.
Después de mi segundo orgasmo, que juré saludar a san pedro y volver.
Se acomodó sobre mí, preguntándome si estaba segura, puso la cabeza ya roja de su pene en mi entrada.
Asentí y...

Hasta aquí llega hoy, en unas horas o un día subiré el otro cap, la parte 2.
Por otro lado, no le presten el chico a cualquiera, no hay mejor sensación que hacerlo con alguien con quién te sientas segura/o. Potencia la sensación y ambas partes disfrutan.
Siempre con gorrito por ahí o las primeras veces, cojeas menos.
Esta historia es Real, pero el nombre de Tom no lo es, es solo para proteger su identidad.
Besos, nos vemos

Relatos Eroticos de una chica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora