Un verde esmeralda junto con un marrón profundo observaba desde una ventana superior como los autos iban cubriendo algunos espacios del parking. De estos descendían los que serían nuevos agentes en pruebas para el FBI, después de varias semanas con 4 agentes en prueba, había sido notado por el subdirector que necesitarían más agentes para poder abarcar las nuevas bandas que extendían sus manos y con ellas tomaban toda la ciudad.
Horacio cruzó sus musculosos brazos frente a su pecho y se giró observando como el agente B y el subdirector repasaban ligeramente, sin apuro y con confianza; los expedientes de aquellas nuevas personas que arribaban. Era imposible no fijar sus ojos en el ruso, mirarlo una vez era como firmar un contrato el cual te ataría a observarlo por siempre. Sin embargo, no era una penitencia que a aquella atenta mirada le molestase.
Horacio camino lentamente hacia ellos y se colocó junto a él, rozó delicadamente su mano con la de él que reposaba a su costado. Logró sentir como se tensaba un segundo, sin embargo, su mano pronto devolvió la caricia.
- ¿Blake podrías por favor traer un taser? Olvide equiparme uno y tengo que aun leer este informe- Movió ligeramente su cabeza señalando una de las carpetas amarillas que reposaban en el escritorio.
Volkov le miro extrañado mientras dirigía la mano que antes le acariciaba hacia la pistolera a su costado, sin necesidad de la mirada, con solo su tacto, reconoció que el taser estaba ahí. Aun así, fijo su mirada en el expediente que leía antes, tratando de jugar indiferente a la situación.
Blake se enderezó asintiendo con una sonrisa y salió, con el objetivo de recorrer los pasillos hasta el otro edificio. Los dos aguardaron en silencio, escuchando como los pasos se alejaban. Cuando Horacio escucho el sonido del ascensor, atrajo a su Volkov y le beso efusivamente sin previo aviso.
El beso fue largo, dejo tintes de desespero. Un desespero dulce, como las tortitas que Volkov preparaba para el cada fin de semana. Un desespero de dos enamorados. Se separó con una sonrisa, Volkov se vio contagiado y sonrió, pero su mirada dejaba clara la confusión que habitaba su cabeza.
-Joder macho, es que te pones esa camisa vino, tus pistoleras y ahí de pie, modo jefe. Se me hizo imposible no besarte- Observababa los labios de Volkov, como ahora su color era más rojizo que hace unos segundos, como se encontraban ligeramente separados.
Se acercó y le abrazo, aspiro su aroma. Volkov era un hombre de costumbres, su olor no cambiaba, la colonia que el usaba nunca la había identificado en otra persona. Es por eso por lo que era capaz de calmarse con solo abrazarle unos segundos y de identificar cuando Volkov entraba en una habitación. No sabía que colonia era, pero para él, su olor era de fortaleza y amor, no era dulce, era elegante; como él.
Sintió como Volkov le aprisiono con un poco más de fuerza antes de alejarlo un poco y colocar sus labios en la frente de Horacio.
-Hache, yo también te q – Volkov corto la frase y hablo rápido para que su error no fuese notado- yo también quisiera estar abrazado, pero tenemos que recibir a los nuevos agentes en prueba.
Tomo la carpeta que anteriormente había sido señalada por Horacio.
- Esto no es un informe y Blake lo sabe – Volkov expuso.
Colocó la carpeta en el escritorio y se sentó en la silla que estaba frente a este. Extendió su pálida mano hacia Horacio, este la tomo y fue arrastrado, hasta quedar sentado en el regazo de Volkov.
- Es un expediente de última hora – Volkov acariciaba, distraído, el muslo de Horacio.
- Déjame ver – Abrió el expediente, frunciendo ligeramente el ceño para concentrarse.
Deslizando su mirada por el expediente, observando primero la fotografía. Un chico de buenos rasgos, ojos azules eléctricos, una media sonrisa de seguridad y un cabello rubio frío asomaban en la fotografía que encabezaba la hoja.
Tenía experiencia, muy poca, en la LSSD. Solo había sido cadete por un año, aun así, había logrado destacar. Por su edad, se había decido, darle una oportunidad de aprender a desenvolverse en una mayor entidad. El expediente, no daba a conocer más datos de su pasado. Siendo señalado, por el jefe de la LSSD; que su previa vida a la LSSD no causaba ningún daño para el FBI. Solo había sido señalado como "temas delicados", después de todo, Los Santos era sabio conocedor en pasados delicados.
Había sido solicitado, por el individuo, que no fuese agregado a su expediente, a no ser que sus superiores lo consideran estrictamente necesario. Era un secreto, así como ambos superiores tenían un pasado que no disfrutaban de compartir, decidieron, que como un secreto sería mantenido.
- 30 años, habla 4 idiomas, pasado complicado y con sed de aprender. – Repasaba Horacio rápidamente – Parece que podría tener potencial.
- Ostia – Volkov aparto sus manos de Horacio y busco las otras dos fotografías que venían en la carpeta – Que es ruso – Una sonrisa, sin ningún disimulo, se dibujó en su severo rostro.
- Lukyan Smirnov – Pronuncio en un susurro levantándose de las piernas del contrario y dirigiendo sus pasos a la salida.
Sintió una ligera presión en su interior, un pequeño aprieto en su corazón. No reconocía que le avisaba, pero sus sentidos pocas veces le fallaban. El sonido de la radio, ya tan conocido para ellos, asedió la habitación. Volkov se levantó, caminaba hacia Horacio.
- ¿Es el momento correcto para que suba con el taser H? – El tono de voz de Blake dejaba ver que, lo anterior, había sido dicho en un tono de picardía.
- Nos vemos abajo Blake – Aparto de su cabeza el fraudulento sentimiento en el momento que el compañero de su vida caminaba junto a el hacía el ascensor.
Aquel hombre que, aun sin haber sido receptor de amor, le había expresado cada día que él; en sus propias palabras, era su vida. ¿Había sido, aquel corazón en desconcierto, un fraude realmente?
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Mejor para ti
FanfictionHoracio y Volkov han iniciado su relación hace pocas semanas. Encontrandose así en la "Honeymoon phase", esta trayendo consigo mucho amor pero también inseguridades. Y si de la misma manera que se le habían escapado de las manos vidas, felicidad, en...